UNA SALVAJE ALTERNATIVA
Especular con el hambre, otra forma de evadir capital
Aún hay otra alternativa para sacar el dinero de España. Esa opción consiste en llevar el dinero al mercado de futuros de Chicago. Allí, los que no se fían de la moneda común europea han encontrado la solución más salvaje: jugar con el precio de los alimentos.
En los últimos años, con la incertidumbre del euro por las nubes, el índice de Standard & Poor's (S&P) de inversión de productos agrícolas ha crecido un 44%.
"La inversión en materias primas, en el fondo tiene más que ver con la falta de rentabilidad", reconoce José Moisés Martín Carretero.
Esta especulación es tan peligrosa que hasta hace diez años era ilegal, pero todo cambió con la crisis de las empresas '.com' en 2001. Entonces el Gobierno de Estados Unidos decidió permitir la especulación para compensar las pérdidas. El resultado fue que empezaron a subir el precio del trigo, el maíz y con el inicio de la crisis económica, los precios se dispararon hasta un 83%.
Y mientras los especuladores ganaban tres veces más, sin moverse de su silla, en el mundo empobrecido había gente que moría de hambre. El precio del arroz subió un 83%. En Uganda, el arroz subió un 80% el año pasado y en Kenia pagan ya por el maíz más que el doble que hace meses.
La consecuencia es desoladora, ya que en sólo siete años hay 40 millones de personas más que pasan hambre . De ahí, que el número de revueltas causadas por la falta de comida se haya disparado.
"Que un derecho humano como es la alimentación se convierta en una mercancía totalmente regulada, tiene un componente de clara falta de moral", reconoce José Moisés Martín Carretero.
El 'sindicato del crimen'
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