Una vida de lucha

Los siete cócteles molotov que ETA lanzó a la casa de Consuelo Ordóñez: "Me libré de que me quemaran a lo bonzo"

Carteles con su cara en una diana, cócteles molotov, tener que abandonar Euskadi por no poder trabajar. Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA, explica en este vídeo las consecuencias de enfrentarse a los terroristas.

La muerte de su hermano Gregorio Ordóñez fue el principio de una vida de lucha para Consuelo Ordóñez. En el vídeo sobre estas líneas recuerda las concentraciones en las que ella y sus compañeros se concentraban por la paz en Euskadi.

Frente a ellos, el entorno de ETA se contramanifiestaba con gritos de "ETA mátalos". "Solo los que estábamos ahí sabemos cómo nos temblaban las piernas", afirma Consuelo, que explica que cuando ellos empezaban a aplaudir les lanzaban piedras.

Una de ellas alcanzó la frente de una Consuelo que se hace conocida. Entonces empezaron las pintadas: "Ordoñez con diana, con lo pagarás", recuerda. Sin embargo, cuenta que "lo más grave fueron los cócteles molotov": "Me echaron siete. Me libré de que me quemaran a lo bonzo", afirma Consuelo. 

Sin embargo, los siete cócteles molotov que ETA lanzó en su casa no amedrentaron a Consuelo, ni tan siquiera que empapelaran San Sebastián con su cara en una diana. Solamente abandonó su tierra cuando la ahogaron económicamente: "Yo era procuradora en Tolosa; no querían trabajar conmigo", asegura.  

Lejos del País Vasco, Consuelo siguió su lucha. Sabe quién ordena el asesinato de su hermano y consigue que la Justicia vuelva a abrir el caso "para que se investigara a la cúpula".