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PROTEÍNAS
Un nuevo estudio descubre que ciertos patrones de proteínas en la sangre se asocian con un mayor riesgo de muerte dentro de cinco o diez años, lo que podría abrir la puerta a intervenciones médicas más tempranas.
Un equipo de científicos ha encontrado que los niveles de ciertas proteínas en la sangre pueden ofrecer pistas sobre el riesgo de morir en los próximos años, incluso antes de que aparezcan síntomas de enfermedad. Te contamos los detalles
La investigación, basada en más de 38.000 adultos, sugiere que medir miles de proteínas circulantes podría ayudar a identificar, con mayor precisión, quién tiene más probabilidad de fallecer por causas distintas de accidentes en un plazo de cinco o diez años.
Los investigadores utilizaron datos del Biobanco del Reino Unido, una gran base de datos de salud que contiene muestras biológicas y detalles médicos de cientos de miles de voluntarios. Analizando casi 3.000 proteínas en cada muestra de sangre y comparando quiénes vivieron o murieron posteriormente, los científicos hallaron cientos de proteínas cuyas concentraciones se relacionan con el riesgo de muerte por enfermedades como cáncer o problemas cardiovasculares.
A partir de esos datos, el equipo redujo esa enorme lista a pequeños grupos de proteínas que mejoran la capacidad para prever el riesgo de mortalidad comparado con modelos tradicionales basados únicamente en edad, índice de masa corporal o hábitos como fumar. Aunque este método todavía no es perfecto y sólo ofrece una predicción parcial, podría en el futuro servir como una especie de "alarma temprana" para que los médicos actúen antes.
Por ejemplo, si un perfil proteico indica un riesgo más alto, un médico podría recomendar revisiones más frecuentes o pruebas preventivas para detectar enfermedades silenciosas antes de que se agraven. Sin embargo, los científicos insisten en que estos análisis tendrían que validarse en diferentes poblaciones y siempre interpretarse junto a la historia clínica y los factores de estilo de vida de cada persona.
Este avance forma parte de un movimiento más amplio en medicina preventiva para encontrar señales biológicas tempranas de problemas de salud, con el objetivo de actuar antes de que las enfermedades se desarrollen y reducir la carga sobre los sistemas sanitarios.