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TIEMPO MATERIAL
Sin embargo, esto no significa que podamos revertir el envejecimiento de los materiales en la realidad.
¿Cuántas veces hemos pensado en retroceder el tiempo? Estamos seguros de que en alguna ocasión todo el mundo ha querido volver atrás en algún momento de su vida para hacer cosas a las que dijimos que no, tomar otras decisiones, pasar más tiempo con alguien que hoy ya no está, etc. Sea como fuere, se trata de una posibilidad tan inalcanzable que la asociamos con la ciencia ficción.
En nuestra vida diaria, el tiempo parece moverse en una dirección. Por ejemplo, una taza rota no se vuelve a montar espontáneamente. Este concepto se alinea con la segunda ley de la termodinámica en física, que establece que el desorden en un sistema tiende a aumentar con el tiempo. Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Darmstadt en Alemania, en colaboración con la Universidad de Roskilde en Dinamarca, ha llevado a cabo un experimento que pone de manifiesto la reversibilidad del tiempo en algunos materiales, como es el caso del vidrio o el plástico. Te contamos los detalles.
El vidrio o el plástico son materiales que están compuestos por moléculas enredadas en constante movimiento, deslizándose siempre hacia nuevas posiciones en busca de un estado energéticamente más favorable. Este proceso, que cambia las propiedades del material con el tiempo, es lo que denominamos envejecimiento. Sin embargo, a diferencia de la rotura del vidrio, los físicos descubrieron que estos movimientos moleculares pueden ser reversibles, desde un punto de vista específico.
El concepto de "tiempo material" ha sido fundamental para comprender este fenómeno. Imaginemos el tiempo material como un reloj interno dentro del material, que funciona a un ritmo diferente al de nuestro tiempo estándar, en función de la rapidez con la que se reorganizan las moléculas.
Pero, ¿cómo consiguieron estos científicos medir este tiempo material, un concepto que ha permanecido oculto durante más de medio siglo? El profesor Thomas Blochowicz y su equipo afrontaron un reto experimental nunca antes visto.
El vidrio envejece lentamente de maneras que no se pueden captar, simplemente observándolo de cerca. Así, con una cámara de vídeo de alta sensibilidad, registraron las pequeñas fluctuaciones moleculares que constituyen la trama del tiempo material.
Los resultados fueron sorprendentes: en términos de tiempo material, las fluctuaciones moleculares son reversibles. Esto significa que, como el péndulo en un vídeo reproducido hacia adelante o hacia atrás, los movimientos no cambian si se permite que el tiempo material avance al revés. No obstante, es importante entender que esto no significa que podamos revertir el envejecimiento de los materiales en la realidad.
En definitiva, el tiempo material, como un péndulo ideal, puede balancearse de forma simétrica hacia delante y hacia atrás, pero el envejecimiento sigue siendo una realidad inevitable.