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EL MITO DE LA ATLÁNTIDA
El equipo, liderado por la Universidad de Granada, ha descubierto fragmentos de rocas de microcontinentes hoy en día sumergidos.
Las leyendas sobre la Atlántida se remontan a Platón y aquella ciudad inmensamente rica y tragada por el mar ha resucitado en forma de libros ('Veinte mil leguas de viaje submarino' de Julio Verne), documentales ('El Resurgir de la Atlántida' de National Geographic), e incluso películas ('Atlantis: El imperio perdido' de Disney). Sin embargo, por más que se haya tratado de encontrar en Hawaii el camino de baldosas que conduce a Atlantis, lo único a lo que nos podemos agarrar es a la evidencia científica.
Gracias a unhallazgo de un equipo internacional liderado por científicos de la Universidad de Granada (UGR), podemos afirmar la existencia de microcontinentes sumergidos en el Atlántico desde hace millones de años. Pero que tuvieran edificaciones de oro macizo y canales de bronce y estaño es algo que aún se debe reservar para los cuentos de niños.
El descubrimiento estuvo liderado por Fernando Bea y Pilar González Montero, catedráticos de Mineralogía y Petrología en la UGR, y se basó en el análisis de rocas oceánicas encontradas en el fondo marino del Atlántico Central. Se estima que podrían pertenecer a microcontinentes hundidos hace entre 200 y 3.200 millones de años.
Los investigadores están convencidos de que se trata de fragmentos que se desprendieron de sus continentes hace unos 600.000 años y que han varado desde entonces en mitad del océano Atlántico. Sin embargo, no descartan que pertenezcan a edades aún más jóvenes.
Estiman que, por tanto, podrían haber existido varios continentes de menor tamaño a los que conocemos hoy en día y que probablemente podrían haber estado poblados por homínidos. Esto no debe sorprendernos, porque si tenemos en cuenta que el Homo antecessor paseaba por Europa hace 900.000 años no suena tan descabellado.
¿Cómo se relaciona esto con el cuento de la ciudad perdida? Lejos de perpetrar un mito, la investigación del equipo plantea que las rocas podrían haber durado lo suficiente como para convertirse en el origen de la leyenda descrita por Platón hace más de dos milenios.
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