Cómo cocinar con especias nos protege de microbios

Las especias han sido parte de la elaboración de la comida desde hace siglos y en diferentes culturas y países. Incluso han llegado a ser productos muy caros y valiosos en los mercados en épocas pasadas, además de como condimento también se utilizaban para elaborar perfumes e incluso medicinas, algunas se podían utilizar como conservante de alimentos.

Su poder para enmascarar los sabores servía sobre todo cuando estos comenzaban a deteriorarse, el uso de estas especias podía cubrir de alguna forma el olor y el sabor, sobre todo en los países más cálidos y cuando todavía no había forma de refrigerar la comida.

Curiosamente además de darles diferentes toques de sabor a la comida también pueden ser un importante protector de nuestro estómago inhibiendo o matando incluso algunos microorganismos que pueden estar en la comida.

Un estudio liderado por Jennifer Billing y Paul W. Sherman publicado en la Universidad de Chicago ha analizado la frecuencia antimicrobiana de las especias. Para ello han estudiado, la continuidad de uso de 43 especias utilizadas para cocinar carne de 36 países. En total analizaron 4578 recetas de 93 libros de cocina.

También descubrieron que a medida que aumentaba la temperatura en algunos países (un indicador de deterioro en algunos alimentos que no están refrigerados) aumentaron también las recetas en las que se utilizaban especias.

El poder antimicrobiano de las especias no desaparece al cocinarlas e incluso depende de la receta unas se añaden antes o después de que la comida sea cocinada. Algunas de las especias que más poder tienen contra los microbios son el ajo, la pimienta, el orégano y el tomillo.

En definitiva, aunque normalmente usamos las especias para disfrutar del sabor que le aportan a las comidas, son también un gran aliado que nos aporta beneficios a nuestra salud, ayudándonos a matar bacterias no deseadas y a proteger nuestro organismo.

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