SEGÚN UN ESTUDIO

Contratar a la persona más cualificada no siempre es justo

"Las desventajas socioeconómicas en las primeras etapas de la vida pueden socavar los logros educativos, los resultados de los exámenes y las experiencias laborales", señala un reciente estudio.

Las políticas de contratación y los prejuicios no se llevan bien. Menos de un año atrás, el cómico estadounidense Rob Schneider, comentaba la noticia de que el CEO de United Airlines tenía como objetivo que la contratación de pilotos para la aerolínea se basara en la diversidad. La medida fue muy aplaudida, pero Schneider puso sobre la mesa, con humor, un tema interesante: ¿lo más importante no deberían ser las horas o sus cualificaciones? Pues podría ser que no siempre, según un estudio publicado por la Asociación Estadounidense de Psicología. Cada vez más personas, tanto liberales como conservadores, son más propensos a creer que la contratación basada en el mérito es injusta… después de conocer los impactos de las disparidades socioeconómicas.

De acuerdo con los autores, liderados por Daniela Goya-Tocchetto, las personas de todo el espectro político también tienen más probabilidades de apoyar programas que fomenten la diversidad socioeconómica después de conocer los efectos de la clase social y los bajos ingresos.

"Las desventajas socioeconómicas en las primeras etapas de la vida pueden socavar los logros educativos, los resultados de los exámenes y las experiencias laborales. De esta manera, la desigualdad puede socavar la igualdad de oportunidades – explica Goya-Tocchetto en un comunicado -. Sin embargo, cuando evaluamos la justicia de los procesos basados en el mérito, la gente tiende a ignorar este contexto más amplio y los efectos de la desigualdad".

El equipo de Goya-Tocchetto realizó cinco experimentos en línea con un total de más de 3.300 participantes. En dos experimentos, los participantes leyeron sobre un proceso de contratación o promoción basado en el mérito en el que se seleccionaría al candidato o candidata más cualificado. A la mitad de los participantes no se les proporcionó ninguna información adicional, mientras que a la otra mitad se les informó sobre las desventajas socioeconómicas pasadas de un candidato y las ventajas de otro candidato. Tanto los participantes liberales como los conservadores que recibieron la información general percibieron que el proceso de contratación o promoción basado en el mérito era menos justo y con menos igualdad de oportunidades.

En otros de los experimentos adicionales, los participantes también encontraron que la contratación o los ascensos basados en el mérito eran menos justos después de descubrir cómo los bajos ingresos pueden obstaculizar las oportunidades educativas y el avance profesional.

Finalmente, el último experimento mostró que el hecho de conocer las disparidades socioeconómicas aumentó el apoyo a los programas de contratación que buscan fomentar la diversidad de clases sociales, como eliminar los nombres de universidades o empresas prestigiosas de los currículums y hacer que las pasantías previas sean un requisito menor para ser contratado.

Los experimentos no incluyeron la raza como un factor, por lo que los hallazgos podrían haber sido diferentes si la raza hubiera sido el foco en lugar de las desventajas socioeconómicas, señala el estudio. Un detalle importante en este contexto es que investigaciones anteriores habían descubierto que aprender sobre la desigualdad racial puede llevar a que los conservadores blancos se pongan a la defensiva. Los participantes conservadores en la investigación actual eran más propensos a creer que la contratación y los ascensos basados en el mérito eran justos en general, pero aun así ajustaron sus percepciones de equidad después de conocer las disparidades socioeconómicas.

En el actual entorno político de Estados Unidos, estos hallazgos resultan tener un gran potencial. Por ejemplo, un fallo reciente de la Corte Suprema de Estados Unidos limita las políticas de admisión que consideran las minorías en colegios y universidades. Los grupos conservadores también han presentado demandas contra programas de diversidad racial en varias empresas y programas gubernamentales que apoyan a empresas propiedad de minorías.

"Los miembros de grupos raciales marginados tienden a experimentar desventajas socioeconómicas con más frecuencia que los miembros de grupos raciales privilegiados, y las consecuencias negativas de estas desventajas pueden ser aún peores para las minorías raciales- concluye Goya-Tocchetto -. Centrarse en consideraciones socioeconómicas podría generar más apoyo y ayudar a abordar la desigualdad racial. Los responsables de las políticas de admisión y contratación deben considerar una gama más amplia de experiencia laboral al evaluar diferentes candidatos".