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ENSAYOS CLÍNICOS CON 45.380 PERSONAS
Un estudio afirma que algunas personas experimentan síntomas tras vacunarse por la sugestión y no por la composición de los sueros.
Desde que se inició la vacunación contra el coronavirus en diciembre de 2020, se abrió la puerta a la finalización de la pandemia. Un año más tarde, la inyección del suero anticovid sigue su curso, e incluso se habla ya de una cuarta dosis de recuerdo.
Al vacunarse, algunas personas experimentaron efectos secundarios. Los más comunes fueron: malestar, dolor de cabeza, dolor muscular o fiebre. Sin embargo, un grupo de científicos del Beth Israel Deaconess Medical Center, situado en Boston Estados Unidos, afirma ahora en un estudio que tres de cada cuatro personas que participaron en estudios y a las que se les inyectó placebo tuvieron síntomas. Es el llamado efecto nocebo.
¿En qué consiste este efecto? Si bien el placebo corresponde a la mejora de salud mental al tomar un tratamiento sin beneficio, el efecto nocebo es lo contrario. Ocurre cuando una persona experimenta efectos secundarios después de ingerir una medicina o recibir una vacuna sin efectos farmacológicos.
Estudio del efecto nocebo
Para realizar el estudio, los investigadores del BIDMC analizaron los datos de doce ensayos clínicos sobre vacunas contra el coronavirus. El número total de resultados analizados era de 45.380 personas, habiendo sido vacunadas con el suero 22.802 y 22.578 con placebo. Asimismo, los estudios analizados versaban sobre distintas clases de vacunas, como las elaboradas a partir de proteínas, vectores virales y ARN mensajero.
En el estudio, los científicos se centraron en el estudio de los efectos secundarios menores producidos por la vacuna; no en síntomas graves o menos frecuentes como los coágulos en sangre. En cuanto a resultados, los investigadores observaron a más vacunados con efectos adversos que a los que recibieron placebo. Sin embargo, aproximadamente un tercio de los pacientes que obtuvieron placebo informaron al menos de un efecto adverso como la fatiga o los dolores de cabeza.
Resultados de la investigación
Los investigadores del BIDMC concluyeron que, después de la inyección de la primera dosis, más del 35 % de los que recibieron placebo experimentaron efectos adversos. Concretamente, el 19,6 % tuvieron dolor de cabeza y el 16,7 %, fatiga. En comparación, el 46 % de los vacunados con el suero real experimentaron, al menos, un efecto secundario.
Asimismo, aunque este grupo recibió el tratamiento contra el coronavirus, algunos de sus efectos adversos se atribuyen al efecto nocebo, porque también los padecieron los del grupo placebo. Por lo tanto, aproximadamente el 76 % de los pacientes analizados presentó efectos adversos nocebos a la vacuna.
En cuanto a la segunda dosis, los efectos secundarios del grupo placebo se redujeron a un 32 %. Sin embargo, los síntomas del grupo de los vacunados con el tratamiento real aumentó a un 61 %. Los investigadores aclararon que el efecto nocebo representó casi el 52 % de los efectos secundarios después de la segunda dosis.
Aunque los científicos del BIDMC no han podido confirmar esta teoría, creen que la razón de la disminución generalizada en ambos grupos, placebo y real, del efecto nocebo entre la primera y segunda dosis puede deberse a que los individuos estaban más anticipados o preparados que antes del primer pinchazo.
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