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EMBALSAMAMIENTO TEMPORAL
El pontífice solicitó un tratamiento más sencillo y menos invasivo.
A diferencia de pontífices anteriores, el papa Francisco hizo numerosos cambios para el día en que muriese: un único ataúd de madera revestido de zinc, la eliminación del velatorio privado y su entierro en la basílica de Santa María la Mayor y no en la basílica de San Pedro en el Vaticano, entre otros.
También cambió la técnica de embalsamamiento que se produciría en su cuerpo una vez falleciese. Por ejemplo, Benedicto XVI y Juan Pablo II, sus antecesores, fueron sometidos a tanatopraxia, una técnica que preserva el cuerpo para su exposición pública. Sin embargo, Francisco solicitó un tratamiento más sencillo y menos invasivo.
Coloquialmente, podría llamarse "embalsamamiento temporal". Se trata de una técnica mucho menos invasiva que el embalsamamiento tradicional que permite la conservación del cuerpo sin vida en buen estado durante unos días. Una vez pasado ese tiempo, su cuerpo se deteriora siguiendo los procesos naturales.
Este método, conocido como embalsamamiento transitorio, constaría de tres fases:
Así, esta técnica permite que el cuerpo se mantenga en buen estado durante su exposición pública estos días en la basílica de San Pedro sin llegar a ser un embalsamamiento permanente.