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SULFATO DE MAGNESIO
Entre sus ventajas se encuentran su reducido precio, que la ciencia ha demostrado su efectividad y que no tiene contraindicaciones. ¿El problema? No se administra de forma equitativa.
De acuerdo con datos de la Confederación Española de Asociaciones de Atención a las Personas con Parálisis Cerebral (ASPACE), entre un 2 y un 2,5 por cada mil nacidos en España tiene parálisis cerebral, es decir, una de cada 500 personas. Estas cifran se multiplican por cuatro si se trata de nacimientos prematuros, según cifras del Instituto de Rehabilitación Neurológico.
La buena noticia es que muchos de estos casos se pueden evitar con una medida sencilla. Esa es la conclusión de un reciente estudio que ha confirmado que administrar sulfato de magnesio a mujeres con riesgo de parto prematuro puede evitar que sus bebés desarrollen parálisis cerebral.
El fármaco cuesta aproximadamente 6 euros por dosis y requiere ingreso hospitalario con personal experimentado para administrarlo de manera segura a la madre. Esto no es una novedad ya que en 2009 se había demostrado esta relación y en 2015 la Organización Mundial de la Salud lo recomendaba para mujeres con riesgo de parto prematuro antes de las 32 semanas de gestación.
La diferencia, en este último estudio, es que los autores, liderados por Karen Luyt, profesora de Medicina Neonatal en la Universidad de Bristol, señalan que esta intervención se implemente de manera más amplia y equitativa, ya que aún no está disponible de manera uniforme en todo el mundo.
"El parto prematuro es la principal causa de lesión cerebral y parálisis cerebral con un impacto de por vida en los niños y las familias – explica Luyt -. Cuando se publicó el metanálisis en 2009, me di cuenta de que el sulfato de magnesio, administrado a las madres en trabajo de parto prematuro, era un potencial factor de cambio. El primer tratamiento neuroprotector eficaz para bebés prematuros, que previene la parálisis cerebral en aproximadamente un 30%. Este tratamiento que puede cambiar la vida de una persona, pero no se utiliza ampliamente, a pesar de que existían pruebas sólidas de que era eficaz para proteger a los bebés prematuros de las lesiones cerebrales y la consiguiente parálisis cerebral".
Luyt trasladó los hallazgos en su propio hospital a través de un programa llamado PReCePT (Prevención de la parálisis cerebral en el trabajo de parto prematuro). Allí, una de las primeras mujeres que recibió sulfato de magnesio a través del programa fue Elly Salisbury. Le ofrecieron el fármaco cuando estaba embarazada de su hijo Cormac, que ahora es un niño sano de 11 años.
"Las primeras sugerencias de que el sulfato de magnesio podría proteger los cerebros de los bebés de la parálisis cerebral surgieron de estudios observacionales en los que se usaba para otros fines – añade Lex Doyle, coautor del estudio -. Las tasas de parálisis cerebral parecían ser más bajas en los bebés prematuros cuyas madres habían recibido el medicamento, pero la evidencia no fue concluyente. Luego se realizaron ensayos clínicos aleatorizados y, cuando publicamos nuestra revisión que combinó los resultados de cinco ensayos, la evidencia mostró un claro beneficio en la reducción de las tasas de parálisis cerebral en la primera infancia".
A pesar de toda esta evidencia, no todas las madres lo están recibiendo. La Red Oxford de Vermont recopila datos de más de 1.400 unidades neonatales participantes en todo el mundo. Los datos sugieren que alrededor de dos tercios de las mujeres reciben sulfato de magnesio, pero es probable que esta cifra sea menor en los entornos de bajos recursos que están subrepresentados en los datos.
"Necesitamos más investigación para explorar otras preguntas para ayudar a optimizar la implementación – concluye Luyt -. Por ejemplo, ¿es mejor administrar el medicamento tan pronto como las mujeres se presentan al hospital en trabajo de parto prematuro, o lo más cerca posible del nacimiento? ¿Son los beneficios los mismos independientemente de cuán temprano nazcan los bebés? Nuestra esperanza es que las mujeres cuyos hijos probablemente no se beneficiarán no se vean expuestas innecesariamente y que a todas las mujeres cuyos hijos probablemente se beneficien se les ofrezca el tratamiento en todo el mundo".