CURIOSIDAD

No hacer nada mejora la productividad: ¿cómo tiene sentido esta paradoja?

Se le conoce como estado de vigilia tranquila y posee una serie de beneficios para el organismo a nivel físico y psicológico.

En ocasiones durante el día, es inevitable tener momentos en los que nuestra mente divaga, absorbiéndonos por unos instantes del mundo real. Pequeños momentos donde nos quedamos en blanco, a veces incluso dándonos la sensación de que estamos perdiendo el tiempo. En ese sentido, todos conocemos la expresión de soñar despiertos, pero se desconocen las ventajas que tienen para nuestro cuerpo.

Desde un punto de vista más técnico, esa sensación de quedarse en suspense y absorto de la realidad se conoce como estado de vigilia tranquila. De acuerdo con la periodista Josie Glausiusz en un artículo publicado en SCIAM, "soñar despierto es un mundo virtual donde podemos ensayar el futuro, explorar escenarios aterradores o imaginar nuevas aventuras sin riesgos. Puede ayudarnos a idear soluciones creativas a los problemas o impulsarnos, mientras estamos inmersos en una tarea, con recordatorios de otros objetivos importantes". Se podría decir que es el equivalente al modo avión del móvil, ya que dejamos de hacer caso a los estímulos externos, para concentrarnos y procesar mejor esos pensamientos abstractos y creativos.

Dormir boca abajo es la peor opción para descansar bien | Pixabay

Del mismo modo, la vigilia tranquila puede ayudarnos a tener ideas, pero también a mejorar la memoria, ya que contrarresta los efectos del estrés. En ese sentido, se activa el hipocampo, una parte del cerebro vinculada a la memoria y el aprendizaje, así como la red neuronal responsable de la resolución de problemas. De esta forma, al volver a la actividad tras estos breves periodos de desconexión, se poseerá un pequeño impulso en nuestra productividad.

No obstante, si se entra en este estado reiteradas veces, también puede conllevar una serie de riesgos. "El atractivo de una realidad alternativa raya en la adicción, asfixiando otros aspectos de la vida cotidiana, incluidas las relaciones y el trabajo. Al interpretar versiones idealizadas de sí mismos, los soñadores adictivos pueden sentir una mayor confianza y validación. Sus fantasías pueden ir seguidas de sentimientos de temor y vergüenza, y pueden comparar el hábito con una droga", continúa Glausiusz.

Por lo tanto, entrar a este mundo alternativo de nuestra mente puede conllevar una serie de beneficios, tampoco se debe abusar de ello. Un estado de la mente que se puede conseguir realizando tareas mecánicas y repetitivas, la mayoría relacionada con el hogar, como lavar los platos o tender la colada.