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EXISTE UNA CAUSA
Pasar un día en la playa o en la piscina puede dejarte sorprendentemente agotado. Aunque estas actividades son relajantes, la combinación de factores pueden causar una sensación de fatiga.
El verano invita a disfrutar del sol, la arena y el agua, ya sea en la playa o en la piscina. Estas actividades no solo son un excelente escape para la mente, sino también un espacio para socializar, ejercitarse o simplemente relajarse. Sin embargo, es común que, al finalizar el día, nos sintamos increíblemente agotados, a pesar de no haber hecho mucho esfuerzo físico aparente.
Este cansancio tiene diversas causas. En primer lugar, la deshidratación juega un papel crucial. Al estar muchas horas bajo el sol, nuestro cuerpo transpira más, lo que lleva a una pérdida de líquidos, sales y minerales. Esta pérdida afecta nuestra tensión muscular y reduce nuestra actividad física. En casos extremos, la deshidratación puede provocar bajadas de tensión arterial, lipotimias e incluso golpes de calor. En esta etapa es crucial una buena hidratación para que el cuerpo pueda seguir transpirando y mantener la temperatura habitual.
La relajación extrema es otro factor clave. El sonido monótono de las olas puede inducir una sensación de somnolencia que, combinada con la falta de actividad física, se traduce en una fatiga general. Además, la exposición prolongada al ruido constante del mar puede dejarte con la cabeza cargada, aumentando esa sensación de malestar. Nos acostamos más tarde, los horarios de las comidas también cambian, sumado a las altas temperaturas que pueden afectar a la calidad del sueño, arrastrándolo la somnolencia durante la mañana.
Además, los rayos ultravioletas del sol no solo afectan la piel, causando quemaduras, sino que también pueden alterar el comportamiento celular, lo que contribuye a la sensación de fatiga. El control de la temperatura corporal también es fundamental. El cuerpo externo se calienta mucho durante el día, mientras que el interior del organismo se mantiene más frío, lo que obliga al cuerpo a trabajar más para regular la temperatura, provocando cansancio y somnolencia.
Para evitar esta sensación de agotamiento después de un día de playa o piscina, los expertos recomiendan seguir algunos consejos sencillos pero efectivos:
Siguiendo estas recomendaciones, podrás disfrutar de un día al sol sin acabar exhausto al final de la jornada.