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CURIOSIDAD GASTRONÓMICA
Ahora que estamos en plena temporada de gripes y resfriados, no hay nada que nos siente mejor que un caldo caliente, como el de pollo. No se trata de un medicamento, pero nos hace sentir mucho mejor. ¿Por qué?
Ahora que estamos en plena temporada de gripes y resfriados, no hay nada que nos siente mejor que un caldo caliente, como el de pollo. No se trata de un medicamento, pero nos hace sentir mucho mejor. Podemos pensar que es fruto de la sugestión, pero realmente hay una base demostrada de por qué nos sienta así de bien.
El principal ingrediente es el pollo, que es uno de los alimentos con más sabor umami, por la presencia de glutamato de forma natural. Esta partícula realza los demás sabores y hace que un alimento nos parezca más apetecible. Además, aumenta el apetito, algo esencial cuando estamos enfermos. Los procesos inflamatorios afectan al apetito y nuestro sistema inmune se debilita, pero el caldo de pollo revierte este efecto.
El umami ayuda a la digestión, haciendo que se absorban las proteínas de forma más efectiva. Aunque las enfermedades que afectan a las vías respiratorias afectan a la digestión, el caldo evita estos problemas. Por otra parte, el propio caldo ayuda a mantener la hidratación y los vapores despejan las vías respiratorias y reducen la mucosidad.
Como suele llevar otros ingredientes, como verduras y fideos, también estamos consumiendo un producto equilibrado, alto en vitaminas e hidratos que nos ayudarán a recuperar la energía.