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CURIOSIDAD NUTRICIONAL
Un estudio reciente ha desafiado la creencia común de que el agua es la opción más hidratante. Los resultados muestran que bebidas con un contenido moderado de azúcar, grasa o proteína superan al agua en capacidad de hidratación prolongada
Con la llegada del calor la nevera pasa a estar atestada de jarras y botellas de agua. Y es que el agua bien fría se convierte en el mejor remedio para paliar el verano, ¿o tal vez no? Un estudio habría desvelado el remedio definitivo para luchar contra las altas temperaturas, y no, no sería el agua.
El estudio realizado por la Universidad St. Andrews de Escocia ha sido cuanto menos interesante en los resultados. Partamos de la base de que cuando hablamos de agua nos referimos, en efecto, al H2O. No obstante, el agua se encuentra también en otros líquidos, diferenciándose en los compuestos químicos disueltos que también los conforman. Los investigadores encontraron que, aunque el agua, tanto con gas como sin gas, es efectiva para hidratar rápidamente, bebidas con componentes como azúcar, grasas o proteínas pueden mantener la hidratación por más tiempo.
Este es el caso de la leche, un líquido compuesto por cerca del 85% de agua, además de proteínas, grasas y un largo etcétera, los cuales ralentizan el vaciado gástrico y prolongan la hidratación. Además, la leche contiene sodio, que actúa como una esponja, reteniendo el agua en el cuerpo y produciendo menos orina.
No obstante, no todas las bebidas con azúcares tienen el mismo efecto hidratante. Los jugos de frutas y las bebidas azucaradas, aunque parecen más hidratantes, pueden tener una alta concentración de azúcares que extraen agua del cuerpo hacia el intestino delgado, disminuyendo así su efectividad.
Por ello, a la hora de escoger una bebida para hidratar, la respuesta fue sorprendente. El agua no estaba ni en lo más alto de la tabla. La bebida con mayor BHI (Índice de Hidratación de Bebidas) fue nada más y nada menos que la leche.
El suero oral o la leche entera estaban en el podio, pero en concreto la leche desnatada se llevó la victoria. Los resultados por supuesto no significan que ahora en las comidas o el gimnasio debamos llevar leche como sustitución al agua, pero apostar por un vaso de leche desnatada en días de calor puede aportar grandes beneficios. En definitiva, es crucial escuchar a nuestro cuerpo y responder adecuadamente a las señales de sed, eligiendo la bebida que mejor se adapte a nuestras necesidades y mantener un equilibrio.