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APOPHIS
A pesar de lo cerca que se quedará de la Tierra y de su gran tamaño, no representa ninguna amenaza para nuestro planeta.
La incertidumbre de que un asteroide impacte contra la Tierra ha estado siempre ahí, aunque las posibilidades son mínimas. Sin embargo, la NASA está prestando especial atención a uno que puede pasar más cerca de nuestro planeta que ninguno otro antes.
Lo vimos con Bennu, el asteroide multimillonario al que la NASA envió la misión OSIRIS-REx para que lo inspeccionase y trajese muestras a la Tierra para estudiarlo con más detalle ya que podía impactar en nuestro planeta. Tras ello, la Agencia Espacial descubrió que Bennu contenía componentes básicos de la vida. A día de hoy siguen investigando.
Ahora, los astrónomos predicen que hay un asteroide que es tan ancho como el rascacielos Empire State Building de Nueva York y que atravesará el espacio a 32.200 kilómetros de nuestro planeta dentro de cinco años y medio, es decir, en 2029.
Es por eso que la NASA se está preparando para ello porque, tal y como informa el diario Reuters, cuando lo haga, se espera que los expertos de esta agencia proporcionen un "examen detallado de este extraño encuentro cercano".
El asteroide recibe el nombre de Apophis y se descubrió en 2004, cuando se creyó que podría colisionar con nuestro planeta en el año 2029. Se compone de materiales de silicato, hierro y níquel.
Lleva observándose desde hace casi dos décadas y los científicos han descartado un impacto contra nuestro planeta. A pesar de que no tiene el tamaño suficiente como para arrasar la Tierra, sí podría provocar tsunamis y destrozar una ciudad entera.
La nave espacial de la NASA encargada de hacer un estudio detallado cuando se acerque a nuestro planeta será OSIRIS-APEX, que orbitará durante 18 meses alrededor del asteroide. También flotará sobre su superficie y utilizará propulsores de cohetes para ver los materiales que hay debajo.
Vigilar a Apophis durante y después de su aproximación a la Tierra permitirá a los científicos ver si hay cambios en su órbita que podrían afectar la probabilidad de que golpee la Tierra en el futuro, así como cualquier cambio en la superficie o tasa de rotación del asteroide.