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ESTE FIN DE SEMANA
Si todo sale de acuerdo a lo previsto, despegará el próximo 1 de junio de Cabo Cañaveral.
El cohete Atlas V con la nave Starliner en su cúspide volvieron este jueves a la plataforma desde donde despegará la que será la primera misión espacial tripulada de Boeing, cuyo lanzamiento rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI) está previsto para el sábado.
Poco después de las 10:00 hora local (14:00 GMT), el cohete y la nave abandonaron un hangar para comenzar su lento traslado encima de una gran plataforma rodante al complejo de lanzamiento de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida, desde donde despegará la misión CFT (siglas de Crew Flight Test).
"¡Butch y Suni, su cohete está en la plataforma de lanzamiento!", anunció menos de una hora después la compañía United Launch Alliance (ULA), fabricante del cohete propulsor Atlas V, en un mensaje en la red social X dirigido a los tripulantes de la misión, los astronautas de la NASA Barry Butch Wilmore y Sunita Williams.
El despegue de la primera misión espacial tripulada de Boeing está previsto para las 12:25 hora local (16:25 GMT) del sábado.
En caso de no lograrlo ese día, la NASA, Boeing y ULA manejan como fechas de respaldo el domingo, el miércoles y el jueves próximos, posiblemente en horas diurnas.
El traslado a la plataforma del cohete y la cápsula se da tras el visto y bueno logrado durante las revisiones finales previas al lanzamiento que se efectuaron el miércoles.
Un día antes, Wilmore y Williams retornaron al Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral, y desde entonces, como especifica el protocolo para los tripulantes, se hallan en cuarentena hasta el lanzamiento del sábado.
No hay que olvidar que esta misión iniciará con una pequeña fuga de helio sin reparar. El problema técnico fue detectado después de que United Launch Alliance (ULA) cancelara el lanzamiento del pasado 6 de mayo para cambiar una válvula de oxígeno de la etapa superior (Centaur) del cohete.
La NASA y Boeing han concluido que el leve escape de gas presente en el módulo de servicio afecta a tan solo uno de los 28 propulsores del sistema de control RCS por lo que no representa un problema de seguridad. Steve Stich, responsable del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, dijo que la fuga podría no ser un problema incluso si aumentara 100 veces.