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INVESTIGACIÓN
Una investigación ha conseguido crear un sensor que vuelve fluorescente la droga conocida como escopolamina y que se utiliza para la sumisión química.
Un equipo de la Universitat Politècnica de València (UPV) ha liderado el desarrollo de un nuevo sensor capaz de detectar de forma muy rápida y sencilla la escopolamina, una de las sustancias más utilizadas en delitos de sumisión química, especialmente en agresiones sexuales.
"La escopolamina es una sustancia difícil de detectar con métodos convencionales, especialmente cuando se encuentra en bebidas. Por ello, desde nuestro grupo en el Instituto IDM de la UPV nos propusimos desarrollar nuevas herramientas sencillas que permitan alertar de su presencia de manera inmediata", destaca Vicente Martí Centelles, investigador del Instituto Interuniversitario de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico (IDM) de la UPV, en declaraciones a Europa Press Televisión.
El funcionamiento del sensor es muy sencillo: cuando la droga entra en contacto con el sensor, se produce una reacción que libera una sustancia fluorescente. Esta liberación genera una señal luminosa muy clara, cuya intensidad además es proporcional a la cantidad de escopolamina. "Cuanta más escopolamina hay, más fluorescente se vuelve la señal, lo que permite no solo detectar su presencia, sino también estimar su cantidad. Y todo ello en menos de cinco minutos.
Además, el sistema no requiere equipamiento complejo ni personal altamente especializado, lo que facilita su uso potencial en entornos policiales, forenses o de control preventivo", incide el investigador de la UPV.
El sensor ideado por los investigadores de la UPV se basa en una 'caja molecular', una estructura química diseñada para reconocer y atrapar moléculas concretas. En este caso, la caja molecular ha sido diseñada para interactuar y atrapar de forma altamente selectiva la escopolamina.
Uno de los aspectos más novedosos del sistema es la sofisticación de su diseño químico. La caja molecular adopta una disposición única que resulta clave para que el proceso de detección de la droga funcione con gran precisión.
"Esto es lo que permite que nuestro sensor detecte cantidades muy bajas de droga y que sea especialmente útil para el análisis rápido de sustancias sospechosas, tanto en contextos preventivos como tras una posible agresión", destaca el investigador de la UPV Giovanni Montà-González.
"Hasta el momento nunca se había utilizado este tipo de sistema para esta finalidad, siendo pues una novedad científica para abordar una problemática social muy en auge, y que, tristemente, es la sumisión química", ha detallado Montà-González quien señala que este es el primer paso para emplear estos sistemas "de forma efectiva" y que pueda llegar a ser aplicado en muestras reales como en bebidas o en otras condiciones.
Este grupo de investigación centrado en el desarrollo de sistemas para la detección de drogas de sumisión química asegura que su objetivo es llegar a detectar este tipo de drogas en bebidas para prevenir "que alguien te pueda echar escopolamina en tu bebida y que te contamine". "El objetivo es disponer de las herramientas más avanzadas que permitan esa detección de drogas como es la escopolamina o incluso otras nuevas drogas que puedan aparecer. Nosotros vamos a trabajar en esos diseños y que nos permitan tener sistemas de detección para prevenir delitos de agresión sexual", ha subrayado Vicente Martí.