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URTICARIA ACUAGÉNICA
La alergia es una de las enfermedades más comunes en los países industrializados, pero la alergia al agua es de los tipos más raros que existen.
Hace unos días conocíamos a través de las redes sociales, concretamente en Tik Tok, la historia de María Botella, una joven profesora de natación que, sorprendentemente, es alérgica al agua. A través de sus vídeos ha querido contar cómo es su día a día con esta singular alergia. Y es que la joven tiene que tener mucho cuidado en su rutina diaria, pues cualquier gota de agua que impacte en su piel, ya sea por la lluvia, una crema o sus propias lágrimas, le provoca inmediatamente rojeces en diferentes partes de su cuerpo.
Puede que a mucha gente esto le resulte un poco extraño. ¿Se puede tener alergia al agua? La respuesta es que sí, aunque parezca imposible. A pesar de que la alergia es una de las enfermedades más comunes en los países industrializados, la alergia al agua es de los tipos más raros que existen. Te contamos los detalles.
El nombre técnico de esta alergia es urticaria acuagénica. Se considera una enfermedad rara, ya que afecta a menos de 1 persona por cada 2000. Los síntomas de esta alergia son los típicos de cualquier urticaria: ronchas en la piel, picor, hinchazón y enrojecimiento. A veces viene acompañado la aparición de ampollas de tamaño variable. Los síntomas aparecen entre 20 y 30 minutos al entrar en contacto con el agua y desaparecen a la hora. Esta reacción ocurre con cualquier tipo de agua: del grifo, salada, de ríos… Y a cualquier temperatura.
La cuenta de Tik Tok de Farmacéutico Fernández también se hacía eco de esta noticia y explicaba que hay grados de intensidad de esta alergia: "En muchos casos no se pueden duchar y cuando lo quieren hacer tienen que tomar antihistamínicos para controlar la reacción que les va a dar".
Existen casos en los que no pueden ni beber agua. "Para no deshidratarse necesitan pastillas sólidas de rehidratación", explica Fernández. Además, si llueve "la mejor opción es no salir de casa porque si se mojan lo pueden pasar fatal". En cuanto a llorar, tampoco pueden hacerlo porque "lo mismo sus propias lágrimas les provocan reacción", concluye.
En definitiva, se trata de un tipo de alergia bastante incómoda para quienes la sufren que supone un gran deterioro en su calidad de vida, ya que algunos deben reducir las veces que se duchan a la semana o incluso cambiarse de ciudad o país si viven en un clima con mucha humedad en el aire.
Como ya hemos mencionado, existen distintos grados de intensidad de esta enfermedad. Por ello, el tratamiento depende del grado de gravedad que presenten los síntomas y de cómo afecten estos al paciente en su día a día.
Algunas personas pueden mantener la enfermedad bajo control si reducen el número de duchas durante la semana, evitan lugares húmedos y no se bañan en lagos, piscinas o el mar. Sin embargo, a veces es necesario añadir un tratamiento para prevenir o minimizar la aparición de ampollas. El tratamiento estándar para esta enfermedad es similar al de otras urticarias y alergias: antihistamínicos.