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LA NASA LO HA ESTUDIADO
Este río onubense destaca por su color pero, aunque se piense que es fruto de la minería, no es así. Los "culpables" de este color son unos microorganismos.
El río Tinto no es un río como todos los demás. Discurre por la península ibérica, concretamente en la provincia de Huelva, durante unos 100 kilómetros. Después, se mezcla con otro río, el Odiel. Sin embargo, hay algo que llama la atención cuando cualquiera lo mira: su color.
Porque el río Tinto es de colores naranjas y rojizos, como su nombre puede indicar. Pero, ¿a qué se debe este color? En un principio, los científicos pensaban que el color estaba causado por la actividad minera de la zona, ya que se extraía oro, plata, cobre y hierro, indica la Fundación Aquae.
Sin embargo, cuando el origen de este color fue estudiado por científicos se descubrió que no era esta la razón principal. El río Tinto tiene un ambiente extremo con un nivel de pH muy bajo o ácido. Además, en sus aguas hay metales en disolución que contienen sulfuros. Pero eso no es todo.
Al tener un agua tan ácida, se podría pensar que en el río Tinto no vive ningún ser vivo. La cosa es que, aunque parezca difícil, no es así: en ese río onubense viven unos microorganismos, los quimiolitótrofos. Este nombre significa, literalmente, "comepiedras".
El nombre de quimioliótrofos indica que estos microorganismos no necesitan materia orgánica para sobrevivir, así que crecen a la par que oxidan minerales. Por tanto, estos seres utilizan la materia inorgánica para obtener energía y utilizarla para respirar, añade la Fundación Aquae.
El río Tinto como sede de misiones de la NASA
Tan especial es el ambiente del río Tinto, que la agencia espacial estadounidense lo utilizó para investigaciones como si fuese Marte. El ambiente ácido extremo se asemeja al subsuelo marciano, así que lo hace especial para este tipo de misiones.
La NASA lo investigó en 2012 y, además, probó un sistema de perforación analógico como prototipo para la futura exploración de Marte, que ya ha comenzado sus pasos gracias al programa Artemis.