Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
CURIOSIDAD
Un estudio de la Universidad de Bolonia afirma que, a lo largo de la historia, el ser humano ha tendido a la inclinación de la cabeza a la hora de un retrato o fotografía debido a diversos motivos.
A la hora de sacarnos una fotografía, el ser humano tiende a realizar gestos que demuestren la comodidad o los sentimientos positivos con el que se desea inmortalizar el momento. Una sonrisa, sacar la lengua, una mueca, incluso levantar los dedos en símbolo de paz. Sin embrago, existe un gesto que la mayoría hacemos inconscientemente, de manera que se rompe la línea paralela entre la frente y los hombros.
Se trata de ladear la cabeza hacia un lado. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Bolonia, desde la creciente popularidad de las fotografías con las cámaras digitales, este hábito se ha extendido hasta el punto en el que el 70% de la población lo realiza inconscientemente a la hora de posar para una foto. No obstante, no se trata de algo reciente, que haya surgido con la popularidad de las redes sociales. De hecho, se lleva dando desde los retratos del siglo XIV.
Para el estudio, contaron con la participación de 51 estudiantes universitarios y 28 adultos. En ellos, se evaluó la influencia del faceismo, es decir, la atribución de características positivas a las personas en primeros planos en fotografías que representan a uno mismo y a los demás. Con ellos, los investigadores esclarecieron diversos motivos por los que hacemos este gesto. Por lo general, este ayuda generar una imagen positiva de nosotros de cara a terceras personas, con un gesto más complaciente.
Otro de los motivos, por el contrario, apelan al reflejo de la incomodidad que sentimos cuando nos sacan una fotografía. Por lo que esto se trata de una especie de mecanismo de defensa que ayuda a que, en general, salgamos mejor en la foto, ya que acentúa la línea de la mandíbula.
Por lo tanto, existen ciertos gestos que realizamos ya sea de manera consciente o inconsciente a la hora de inmortalizar el momento, pero siempre habrá uno que no fallará y es ladear la cabeza