DOBLE EFECTO

Resulta contradictorio, pero esta es la mejor combinación para cuando estás cansado y necesitas energía

Aunque nuestro cuerpo es capaz de funcionar, la actividad de nuestro cerebro se ralentiza con la falta de sueño.

Ante la falta de sueño y la necesidad de reponer fuerzas es habitual recurrir a una taza de café o a una siesta corta. Sin embargo, se ha revelado que no tenemos por qué elegir entre ambas opciones. La mejor elección es combinarlas.

Sabemos que resulta contradictorio, pero funciona. La cuenta de Tik Tok de Farmacéutico Fernández lo explicaba en un reciente vídeo: "¿Sabes esos días que estás super cansado a mitad del día que dices, no puedo más pero no queda más remedio que aguantar?", comenzaba diciendo. "Pues lo que tienes que hacer es beberte un café y echarte una siesta".

El propio Fernández aseguraba que a cualquiera que se lo dijese lo vería incoherente, por eso explicaba la razón de esta combinación: "Como el café empieza a hacer efecto a los 30 minutos y 20 minutos de siesta se considera la siesta perfecta, si te acuestas justo después de tomarte el café, cuando te levantes de la siesta tendrás doble efecto, doble poder, el descanso de la siesta y el super subidón del café".

Un estudio lo demuestra

Hace unos meses, la revista Clinical Neurophysiology compartió las conclusiones a las que habían llegado un grupo de investigadores japoneses. Con sus estudios garantizaban que tomar un café antes de la siesta podía ser muy beneficioso para la salud. Esta técnica es conocida como "siesta de café".

La explicación de esta combinación tiene que ver con la adenosina, que es un compuesto producido por la actividad normal del cerebro. Cuando se acumula y alcanza cierto nivel, se adapta a unos receptores en las neuronas, ralentizando la actividad neurológica y provocando sensación de cansancio.

En este sentido, la cafeína actúa como antagonista del receptor de la adenosina y bloquea la unión con sus receptores cerebrales. La cafeína es una molécula muy similar a la adenosina y, por ello, puede llegar a unirse a alguno de sus receptores, impidiendo que lo haga la adenosina. De tal modo que si la adenosina no logra alcanzarlos, no nos sentimos tan cansados.

Así que, tal y como explicaba Farmacéutico Fernández, si tomamos café antes de la siesta, la cafeína tardará unos 30 minutos en pasar del sistema digestivo al cerebro. Si dormimos durante 20 minutos, los niveles de adenosina bajarán justo a tiempo para que la cafeína acceda a los receptores neuronales que han quedado libres mediante el descanso. Con la cafeína bloqueando esos receptores, estaremos más despiertos durante más tiempo.