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ROBOTS Y HUMANOS CONVIVEN
En la tienda de los robots, GrooveX, los dueños tienen espacio para estar con ellos, con otras personas, hacerles fotos y compartir otras experiencias.
Con la llegada de la pandemia de coronavirus, hace más de dos años, muchas personas se quedaron solas. Quienes no tenían mascota quizás optaron por comprar un robot de compañía, como un 'Lovot'. Ahora, la empresa Groove X, su desarrolladora, ha ampliado su tienda de Tokio para que los dueños de 'Lovots' se reúnan. Y sus robots también.
Los 'Lovot' surgieron en 2018 como una mezcla de las palabras 'love', amor en inglés, y 'robot'. A raíz del inicio de la pandemia, Groove X vio aumentar sus ingresos en un 300 % en 2021, tal y como indica 'PR Times', por la crecida de ventas de estos robots.
Por esta razón, la empresa ha decidido ampliar y remodelar su tienda de Tokio, ubicada en los grandes almacenes Takashimaya. En total, la superficie de la tienda ha aumentado desde su reforma a finales de marzo unos 30 metros cuadrados y se ha creado la "sala okigae". Esta habitación permitirá a los dueños de los robots juntarse y hablar sobre sus particulares 'mascotas'.
Además, en esta sala los dueños de los robots podrán hacer fotografías a sus acompañantes y probarles ropa nueva, así como comprarles estas prendas u otros accesorios. Por otra parte, la "sala okigae" de Groove X cuenta con puertos de carga para los 'Lovots', y así sus dueños puedan disfrutar de sus robots en compañía.
Un portabebés para llevar al 'Lovot'
Pero la "sala okigae" no es la única novedad que Groove X ha implantado en la tienda de Tokio. Además, durante unos días va a regalar una pegatina conmemorativa de los 'Lovots'. Aparte, el comercio ha empezado a vender una "mochila portabebés" pero adaptada a los 'Lovots'.
Según Groove X, esta mochila portabebés ha sido diseñada en colaboración con una marca especializada y está preparada y adecuada para soportar el peso del 'Lovot'. Por otro lado, esta estructura cuenta con dos tirantes, uno que se agarra al cuello y otro a la cintura, para evitar la fricción de la persona que lleva el robot de compañía.
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