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NO LO HAGAS SI NO ES NECESARIO
Cargar el móvil en el coche se ha vuelto un gesto cotidiano: lo conectamos al puerto USB mientras conducimos para aprovechar el trayecto y recuperar batería. Sin embargo, esta práctica puede acortar la vida útil del dispositivo.
Poder cargar el teléfono desde el coche se ha vuelto muy útil, sobre todo tras el uso de aplicaciones como los navegadores GPS o aplicaciones de música conectadas al bluetooth del coche que consumen la batería muy rápidamente. El gesto es tan sencillo como conectar nuestro teléfono a través del USB que muchos coches ya tienen preinstalados.
Sin embargo, a pesar del uso cotidiano de este gesto para cargar nuestro dispositivo, en realidad puede ser perjudicial, ya que puede acortar su vida útil e incluso dañar sus componentes internos. El motivo principal de que esto suceda es la diferencia de amperaje que encontramos en el coche.
Los puertos USB de los vehículos están pensados para conectar dispositivos de bajo consumo, como podrían memorias o reproductores de música, pero no para cargar los smartphones. Los móviles actuales requieren entre 2 y 3 amperios para una carga óptima, pero la mayoría de los coches solo proporcionan 0,5 o 1 amperio. Esto implica que el dispositivo se cargue de forma más lenta y se crea una tensión eléctrica inadecuada lo que con el paso del tiempo acaba por deteriorar también la propia batería del teléfono móvil.
Los especialistas recomiendan utilizar adaptadores de carga específicos para el coche y conectarlo principalmente a lo que antiguamente era el encendedor del coche, en muchos vehículos reconvertido también en puertos de carga, no obstante, hay que evitar utilizar los puertos USB del coche como cargadores.
Usar los puertos USB pueden producir un sobrecaliento o fallo que podrían incluso dañar el dispositivo que se está cargando de forma permanente.
Hay que recordar también que la nueva Ley de Tráfico prohíbe manipular o sujetar el móvil al volante, incluso si no se está usando, por lo que cargarlo de forma incorrecta o distraerse al hacerlo puede salir más caro de lo que podemos imaginar.