Construcciones casi imposibles
¿A quién y a santo de qué se le ocurriría levantar un castillo al borde de un acantilado? tenemos tres ejemplos, cada uno con su historia: Nido de Golondrina, el Castillo de Bled y el de Lichtenstein.
Hay edificios que nos enamoran por su arquitectura y otros más allá de ella; eso es precisamente lo que sucede con estos tres magníficos castillos, más allá de su elegante y bella arquitectura, es su ubicación casi imposible, al borde mismo de un acantilado, lo que nos impresiona: hablamos del castillo crimeo Nido de Golondrina y del alemán castillo de Lichtenstein además del famoso castillo de Bled en Eslovenia. La cuestión es ¿cuál es la razón de una ubicación tan impactante? lo cierto es que no hay una razón única, cada castillo tiene su historia.
Castillo de Bled
El de Bled es un castillo medieval, es además el más antiguo de Eslovenia, está construido a 130 metros de altura y sobre el lago Bled; perteneció al emperador Enrique II y, aunque su torre más antigua es románica, el castillo ha sido ampliado y mejorado a lo largo de los siglos, especialmente en la Edad Media y también en el Renacimiento. En su interior no fue nunca un castillo muy lujoso porque sus fines siempre fueron más defensivos que residenciales, de hecho se cree que sus primeros propietarios (los responsables de su construcción) nunca residieron en él.
Castillo de Lichtenstein
Como sucede con el de Bled, este castillo también de origen aristocrático (actualmente es propiedad de los duques de Urach) y aunque tal y como hoy lo vemos data del S.XIX, en realidad aquí ha habido un castillo desde el S.XII, solo que el original amenazó ruina y sobre él se construyó el que podemos visitar actualmente. 250 metros separan este castillo del río Echaz que discurre a sus pies. Una curiosidad: desde su construcción este castillo ha estado siempre en manos de la misma familia, los Wurttemberg.
Nido de Golondrina
Este castillo es el más 'joven' de los tres y está en la costa de Crimea, encaramado a un acantilado y ofreciendo a sus visitantes unas vistas de escándalo; es de diseño neogótico y fue inaugurado a principios del siglo pasado, lo separan de la playa 40 metros de acantilado. Se trata de un castillo pequeño pero de diseño muy llamativo y sugerente lo que, sumado a su ubicación, lo convierte en una de las visitas obligadas de Crimea.