Rusia
La Catedral de San Basilio se ha convertido en uno de los grandes símbolos de Moscú, la capital de Rusia. ¿Quieres descubrir una serie de datos sorprendentes?
La Catedral de San Basilio es un templo ortodoxo que podrás encontrar en la preciosa Plaza Roja de Moscú, capital de Rusia. Esta Catedral es conocida a nivel mundial por sus espectaculares cúpulas, por su forma de bulbo. A pesar de lo que se cree, la de San Basilio no es la sede del Patriarca Ortodoxo de Moscú ni, por supuesto, la catedral de referencia en Moscú. Ésta es la Catedral del Cristo Salvador.
Eso sí, al estar en la Plaza Roja, la Catedral de San Basilio es considerada como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO junto al Kremlin. Estos no son los únicos datos que se conocen de este lugar, sino que hay otros tantos que debes descubrir. ¡Estamos seguros de que te dejarán sin palabras!
Iván el Terrible mandó construir esta Catedral
Ivan Vasilyevich, primer zar de Rusia, fue el que ordenó la construcción de esta catedral, concretamente en el año 1554. Eso sí, el nieto de Iván el Grande fue el que vio cómo la obra se finalizó tan solo unos años después, en 1561. Tras su muerte, fue enterrado en un lugar cercano a la conocida catedral del Arcángel.
Ahora bien, ¿por qué se mandó a construir esta catedral? Tenemos que tener en cuenta que las ganas de Iván de dominar la Gran Rusia hicieron que se enfrentara a numerosos conflictos. Sus ejércitos, en la década de 1550, lograron derrotar a los kanatos tártaros independientes de Kazan y Astrakahn. A modo de agradecimiento y en honor a esas victorias, mandó esta construcción.
Iván decidió dejar ciego al arquitecto de esta Catedral
Hay muchas leyendas e historias sobre este monumento. Una de ellas tiene una estrecha relación con uno de los arquitectos italianos, puesto que Iván mandó que le cegaran. De esta manera, su diseño no podría ser replicado jamás. Otras tantas historias dicen que los arquitectos eran dos rusos, cuyos nombres eran Posnik y Barma.
La Catedral de San Basilio tiene 9 capillas
En efecto, existen nueve capillas separadas, alineadas a la perfección con los puntos cardinales. Una de las cuestiones más sorprendentes es que cada una de ellas están dedicadas a alguien en particular: A los santos Kiprian y Ustinia, la entrada a Jerusalén, San Nicolás Velikoretsky, la Santísima Trinidad, San Barlaam Khutynsky, San Gregorio de Armenia, los Tres Patriarcas, San Alexander Svirsky y, la última añadida, la dedicada a San Basilio.
¿Sabías que hay un “intento” de réplica?
Aunque Iván pretendía que no hubiera otra Catedral igual, parece que no le salió bien la jugada. En Jalainur, una ciudad a 5.000 kilómetros de Moscú y a 1.130 kilómetros de Beijin, se construyó una réplica de esta catedral. Eso sí, jamás llegó a ser utilizada como una iglesia. Este edificio cuenta un museo de ciencias aunque, esas hermosas torres, son tan solo un atrezzo así como las cúpulas. ¡Es solo un intento de réplica, pues!
Un arquitecto soviético logró salvar la Catedral
Joseph Stalin llegó al poder como jefe de la Unión Soviética. En ese instante, la Catedral de San Basilio perdió mucha importancia y estuvo en riesgo de ser destruida para que en la Plaza Roja hubiera más espacio para manifestaciones. Afortunadamente, Piotr Baranovsky al parecer hizo llegar un telegrama a Stalin. En él dejaba muy claro que prefería suicidarse antes de destruir esta catedral tan histórica. Lo que es un hecho es que acabó pasando 5 años en un gulag y, en ese tiempo, el estado decidió no destruir San Basilio. ¡Menos mal!