LA ANTIGUA PÉRIGORD
Francia esconde una joya en su suroeste. Se trata de Dordoña, la antigua Périgord, y es conocida por ser la tierra que alberga más de 1000 castillos con mucha historia.
Cuevas pintadas, pueblos con historia y castillos de varias épocas, Dordoña es un destino incomparable, pero si hay algo por lo que destaca, aparte de por sus valles fluviales, es por tener más de mil castillos.
Este tesoro se esconde en el suroeste francés y es la región francesa más rica en castillos. Se estima que podría poseer más del 10% del total de castillos, mansiones y fortalezas de Francia.
¿Por qué Dordoña tiene tantos castillos?
Su origen está en la Guerra de los Cien Años (1337-1453). Durante esta época, Dordoña, que entonces era conocida como Périgord, era el campo de batalla entre ingleses y franceses y también el territorio más recompensado.
Los reyes ofrecieron el territorio para que sus leales señores pudieran construir sus fortificaciones en el territorio. Ambos lo hicieron y a día de hoy aún se pueden ver los castillos enfrentados a ambos lados de los valles y las orillas de los ríos.
Los castillos con el paso del tiempo se fueron abandonando y se construyeron otras fortificaciones a su alrededor. Nunca se desmantelaron y a día de hoy perviven una multitud de estilos que hacen a la región única. Todos ellos cuentan la historia de la región.
Actualmente, solo 44 de ellos están concebidos en el inventario de Monumentos Históricos y, por tanto, pueden visitarse.
Castillos que tienes que visitar sí o sí
El Castillo de Hautefort es uno de los imprescindibles. Se trata de una de las pocas edificaciones clásicas que aún perduran en la región. Además, está construido sobre un peñasco rocoso y sufrió un importante cambio en el siglo XIX: de fortaleza medieval a casa señorial.
El Castillo de Milandes es uno de los más bonitos de la región. Tiene un increíble jardín al más puro estilo francés y en su interior alberga una casa-museo. Recoge entre sus muros la historia de su antigua propietaria, Josephine Baker.
De la época de Renacimiento, destacan el Castillo de Marzac, un sitio histórico donde es fácil perderse y unas vistas increíbles del entorno, y el Castillo de Monbaziullac, que combina detalles fortificados del medievo y la finura propia del Renacimiento.
Los eternos enfrentados: la fortaleza feudal de Beynac y el castillo medieval Castelnaud. Ambos castillos se erigen uno enfrente del otro, tan cerca que desde lejos se avista su rivalidad, sintetizan en un vistazo la rivalidad entre franceses e ingleses que durante 100 años se cernió sobre esta tierra.
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