MERIDIANO DE GREENWICH
Quizás alguna vez te hayas preguntado el motivo por el que Greenwich es considerado el meridiano de referencia. Lo cierto es que tiene una historia de lo más sorprendente.
El meridiano de Greenwich, con el paso del tiempo, se ha convertido en el meridiano de referencia. Pero ¿cuál es el verdadero motivo? Para conocerlo, debemos viajar al año 1884, cuando se celebró la Conferencia Internacional del Meridiano en Washington, a petición de Chester A. Arthur, como presidente de Estados Unidos.
El objetivo lo tenían claro: elegir un meridiano para emplearlo como longitud cero común y, a su vez, como estándar de tiempo a nivel mundial. Como consecuencia de esa reunión se decidió pasar por la selección de un meridiano del observatorio astronómico de Greenwich para la longitud cero grados. Algo necesario para fijar las horas pero, a su vez, también para la cartografía, dentro de las coordenadas geográficas.
Por si fuera poco, también cabe destacar que se acordó una hora GMT (hora media de Greenwich, en inglés). Esto se hizo basándose en la posición media del sol, y se definió por primera vez a partir del día solar del mediodía de Greenwich. Por lo tanto, el 1 de enero de 1925, se adoptó que la jornada comenzase a media noche, atrasando aquel día 12 horas.
¿Cuál es el verdadero motivo por el que se eligió el de Greenwich como el meridiano cero?
En realidad no había ningún tipo de motivo científico, sino que estábamos ante una decisión meramente política. No solamente entraba en juego el prestigio de cada país, sino también el poder. Por lo tanto esta decisión fue, sin lugar a dudas, de carácter geopolítica.
Aun así, debemos saber que fueron tres las propuestas que se plantearon en esta cumbre. La primera de ellas se trataba de un meridiano internacional situado en la isla canaria de El Hierro. Recordemos que, en julio de 1634, este punto era el meridiano nacional francés por orden del monarca Luis XIII.
Ahora bien, ¿cuáles fueron las otras opciones? Una de ellas era el meridiano del Observatorio de París y la otra, evidentemente, el de Greenwich. Esta fue la opción elegida ya que, realmente, jugaba con ventaja. Estamos hablando de una época en la que el Imperio Británico brillaba con luz propia.
Francia luchó para que ese meridiano de referencia fuera el de París pero, al ver que sería imposible, decidió apostar por el de El Hierro. Los esfuerzos fueron en vano puesto que en la conferencia de Washington se aprobó el de Greenwich con un total de 22 votos a favor. ¡Un dato de lo más interesante!