EN PLENA BAHÍA

La isla de San Sebastián que era una leprosería y que esconde una piscina natural

En la ciudad de San Sebastián, en plena bahía de la Concha, se encuentra una isla muy poco conocida que se puede visitar e, incluso, que cuenta con una piscina natural cuando sube la marea. ¡Te contamos de cuál se trata!

San Sebastián es un destino perfecto en cualquier época del año. Vayas cuando vayas, tendrás la oportunidad de disfrutar de su exquisita gastronomía en esta calle que es lamejor para irse de pinchos y tapas. Sin embargo, si viajas en verano podrás disfrutar de un tesoro muy poco conocido, una isla en plena bahía que guarda varios secretos, entre ellos, una piscina natural.

Todo aquel que ya haya visitado Donosti, seguro que se ha fijado en un pequeño islote que se alza muy próximo a la bahía de la Concha. Se trata de la Isla de Santa Clara, un peñasco de poco más de cinco hectáreas y que fue declarado Centro Histórico de Interés Nacional hace 40 años. Antiguamente fue una leprosería, pues cuando la peste llegó a la ciudad en 1597, se trasladaban a los contagiados a la Ermita de la Isla Santa Clara.

Para poder acceder a ella se podrá utilizar barco, kayak, paddle surf o hacerlo nadando, pues se localiza a medio kilómetro de la costa. Respecto a la opción del barco, encontrarás dos alternativas diferentes: un paseo directo a la isla o un recorrido por la bahía de la Concha en barcas con visión submarina.

Una vez que llegues al islote, tendrás diversas actividades que poder realizar. Nada más atracar en el embarcadero, podrás ver su pequeña playa, aunque en periodos de marea alta este rincón estará totalmente tapado por el agua. Sin embargo, esta subida de la marea no será un problema total, pues esta permite disfrutar de una piscina natural que se encuentra en el islote. Se trata de un muro de piedra que retiene el agua del mar cuando la marea es alta.

Más allá de estas opciones donde poder refrescarse, en la Isla de Santa Clara también existen pequeños rincones que descubrir. Uno de ellos es su faro, construido en 1864 donde se situaba previamente la ermita de San Bartolomé. En el camino hacia este torreón, encontrarás algunos merenderos y zonas de picnic en las que poder descansar.

Por su parte, aquí también encontrarás diferentes chiringuitos y bares donde poder tomar un bocado. Además, un hecho muy curioso de esta isla es que cuenta con su propia fiesta. Se celebra a finales de septiembre y se organiza una comida, concursos o un desfile de cabezudos.