JACA
Es el momento de descubrir dónde se encuentra el Monasterio de San Juan de la Peña y, sobre todo, cuál es su historia. ¡No te dejará indiferente!
No es ningún secreto que en España se pueden encontrar un grandísimo número de edificaciones no solamente de carácter religioso, sino también civil, que son auténticos vestigios de épocas pasadas. Un claro ejemplo lo encontramos, sin lugar a dudas, en el conocido como Monasterio de San Juan de la Peña.
Lo podemos encontrar en Botaya, perteneciente al municipio de Jaca (Huesca). El Monasterio de San Juan de la Peña es una de las grandes joyas del lugar, y data del siglo X. Estamos ante una edificación rupestre del romántico, siendo el primer panteón real de Aragón.
Gracias a él podemos hacer un espectacular viaje no solamente por la historia, sino también por otros tantos elementos como son la naturaleza, la cultura y la arquitectura. Si deseas visitar el Monasterio de San Juan de la Peña, debes saber que comprende dos Monasterios: El Viejo y el Nuevo.
En este último se pueden visitar nada más y nada menos que hasta dos centros de interpretación, siendo cada uno de ellos de una temática diferente. El primero está íntegramente dedicado a la historia del propio monasterio, mientras que el segundo hace un repaso al origen del histórico y conocido Reino de Aragón.
Una de las tantas curiosidades que guarda este Monasterio es que, durante la Edad Media, llegó a ser toda una leyenda. Y es que su gran aislamiento hizo que esta edificación se relacionara, de manera directa, con el Santo Grial, es decir, la copa que utilizó Jesucristo en la Última Cena.
Lo que es un hecho es que es una edificación de gran belleza, sobre todo por ese claustro del Monasterio Viejo (siglo XII). Es un claro ejemplo del destacado arte románico. Por si fuera poco, también cuenta con una espectacular galería de capiteles perfectamente tallados.
Ahora bien, ¿por qué hay un Monasterio Viejo y un Monasterio Nuevo? Al parecer este último se construyó muy cerca del anterior debido a un incendio que tuvo lugar nada más y nada menos que en el siglo XVII. Hay varias diferencias entre uno y otro, sobre todo en el estilo ya que el nuevo es barroco.
Lo más bonito de esta edificación es que no solamente destaca por sí mismo, a nivel turístico, sino que también llama la atención ese perfecto entorno natural en el que se ubica. Debemos recordar que está situado en un rincón idílico, con unas vistas paisajísticas que son difíciles de olvidar.