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Un curioso rincón de Praga

El pequeño rincón de Franz Kafka en el Castillo de Praga

El escritor bohemio es uno de los mayores orgullos de la población praguense, no solo porque vivió allí, sino también porque algunas de sus obras se deben a muchos de los rincones de esta histórica ciudad. Pero lo que quizás pocos visitantes conozcan es la historia kafkiana que se esconde en un pequeño rincón del Castillo de Praga.

El Callejón doradoCastillo de Praga - Wikimedia

Autor de obras como La Metamorfosis o El Proceso, Franz Kafka se ha convertido en un referente de la República Checa, más en concreto, de la capital de Praga. El escritor nació en el seno de una familia judía un 3 de julio de 1883 en esta remota ciudad, un lugar donde también vivía su hermana Ottilie (Ottla), que nació posteriormente en 1892, y con la que mantenía una relación especial.

Lo cierto es que Ottla vivió en una pequeña casa ubicada en el Callejón del Oro junto al Castillo de Praga, un lugar que ofreció a Kafka como lugar de desconexión para sus escrituras durante un año. Y es que en este lugar escribió Un médico rural y sirvió de inspiración para su obra El Castillo. De hecho, actualmente puede observarse una placa en la puerta de esta antigua casita en la que indica que Franz Kafka vivió en aquel lugar.

Franz Kafka | Wikimedia

No obstante, el legado de Ottla es digno de recordar por los praguenses. Una vez que la joven perdió a su hermano por la enfermedad de la tuberculosis, fue destinada al ghetto de Terezín en 1942, donde podría haber sobrevivido. Un año más tarde, en 1943, Ottla decidió acompañar voluntariamente a un grupo de niños a Auschwitz, donde fueron asesinados en las cámaras de gas.

Su decisión de endulzar los últimos minutos de aquellos niños la ha convertido en una heroína kafkiana de la historia de Praga, de los judíos y de la Segunda Guerra Mundial. Aunque actualmente su legado apenas quede reflejado en las calles de la ciudad, los praguenses y los guías turísticos se encargan de que la figura de esta importante mujer de la vida de Franz albergue en la memoria de todos aquellos que llegan a esta historia.

Una mujer que ofreció a su hermano su pequeño rincón en el Castillo de Praga y que entregó su vida a cambio de las sonrisas de los miles de niños que perdieron la vida en el campo de concentración de Auschwitz.

“El amor entre un hermano y una hermana es el reflejo del amor entre un padre y una madre” – Franz Kafka.