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A solo dos horas de Madrid, se esconde un rincón mágico en la Sierra Norte de Guadalajara. Este pequeño pueblo de arquitectura negra, rodeado de naturaleza virgen, es el destino perfecto para quienes buscan desconectar y sumergirse en la tranquilidad rural.
Entre los valles y montañas de la España más desconocida, existen pequeños tesoros que, aunque a menudo pasan desapercibidos, ofrecen una experiencia auténtica para los viajeros como Cívica en Guadalajara. Además, esta provincia alberga otra de estas joyas ocultas, un pequeño pueblo formado por arquitectura de pizarra negra y un entorno de postal, que es un refugio para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad.
Campillejo es una aldea diminuta, casi escondida entre las montañas de la Sierra Norte. Su escasa población de tan solo 17 habitantes, registrados en 2017, hace que este lugar sea perfecto para aquellos que buscan desconectar del mundo moderno. Al adentrarte en sus calles empedradas, lo primero que te cautivará es la belleza de su arquitectura. Las casas, construidas con pizarra extraída de la propia sierra, se integran perfectamente con el paisaje. Sus tonos oscuros contrastan con el verde de los campos, creando una estampa que parece sacada de un cuento.
Aunque pequeño, Campillejo tiene una personalidad única. A lo largo de sus estrechas calles, es posible ver ejemplos de la vida rural tradicional, como antiguas fuentes de piedra y pequeños corrales que, en tiempos pasados, servían para el ganado.
Uno de los mayores atractivos de Campillejo es su privilegiado entorno natural. El pueblo se encuentra rodeado de bosques de robles y encinas, que se extienden por las colinas cercanas y ofrecen innumerables rutas para hacer senderismo. Las caminatas por la zona permiten descubrir paisajes de una belleza sorprendente, con riachuelos de aguas cristalinas y miradores desde los cuales se puede apreciar la magnitud de la Sierra Norte.
Para los más aventureros, el cercano Parque Natural de la Sierra Norte ofrece actividades como el ciclismo de montaña o el avistamiento de aves. Los más afortunados incluso podrían divisar algún ciervo o jabalí, comunes en esta zona. Además, en los meses de otoño, los bosques de Campillejo se llenan de setas, convirtiéndose en un paraíso para los aficionados a la micología.
Desde Madrid, toma la A-1 hacia Guadalajara y luego sigue las indicaciones hacia la Sierra Norte. El trayecto dura aproximadamente dos horas en coche.
Aunque Campillejo no cuenta con una oferta hotelera amplia, en los alrededores hay diversas casas rurales que permiten disfrutar de una estancia cómoda y acogedora en pleno corazón de la naturaleza.
Campillejo no es solo un lugar para ver, sino para sentir. Es el destino ideal para aquellos que desean reconectar con la naturaleza y consigo mismos. Por lo que, si estás buscando un destino diferente, lejos del ruido y de las multitudes, Campillejo te espera con los brazos abiertos.