SEGOVIA
Porque ese era exactamente el número de puertas que se abrían en la muralla que protegía esta villa medieval, Sepúlveda.
Sepúlveda es una villa histórica en la que se han encontrado incluso retos de una calzada romana, mosaicos y restos de estatuas de la misma época; fue después una fortaleza medieval rodeada por una gran muralla que tenía 7 puertas, cada una con su llave; las 7 llaves se guardaban en el Ayuntamiento y aparecían además en el escudo de la villa; junto a la muralla estaba el castillo en el que confluyen tres estilos diferentes por las épocas en las que fue construido y reconstruido: cuenta con tres torreones que pertenecían a la muralla árabe del S.X, dos balconadas que pertenecían a una casa del S.XVIII y una fachada barroca.
El trazado de la muralla ya no puede seguirse entero pero sí algunos tramos y algunas de las puertas que dieron a esta villa medieval su sobrenombre todavía se pueden visitar pero ¿cómo era realmente la muralla de Sepúlveda cuando sus gentes cruzaban alguna de sus siete puertas para acceder a la ciudad? Te lo contamos.
Las Siete Puertas de la Muralla de Sepúlveda se cerraban y convertían la localidad en una fortaleza casi inexpugnable; para advertir del cierre de las 7 puertas se hacían sonar las campanas 33 veces, ese era el Toque de Queda, el momento en el que la villa quedaba encerrada. Desafortunadamente hoy no podemos recorrer la muralla entera, porque no se ha conservado completa, ni ver todas sus puertas pero sí algunas de ellas, a continuación te contamos cuáles eran y cuáles se pueden visitar.
La Puerta del Azogue, también llamada del Ecce Homo, la Puerta de la Fuerza, la del Río y la de Duruelo son las mejor conservadas; la Puerta de la Judería es en realidad un conjunto de varios arcos que marcaba además el acceso al barrio de la judería; de la Puerta del Vado, que es la que daba acceso a las huertas del río, no queda apenas nada y la Puerta del Postiguillo, ubicada en una de las zonas mejor conservadas de la murada, se ha revelado como una falsa puerta: se elevaba uno de los cubos de su planta sobre el cañón del río y hacía de cierre natural.
La Puerta del Ecce Homo está camino del Santuario de Nuestra Señora de la Peña y está adosada a una casa moderna pero se mantiene en buen estado de conservación; la más espectacular, y mejor conservada, es probablemente la Puerta del Río, conserva la hornacina con la imagen de la Virgen de las Pucherillas y al visitarla podemos disfrutar también de unas estupendas vistas de las uertas y del cañón del río; la Puerta de la Fuerza aparece en diferentes rutas de senderismo de la zona, está a las afueras de la villa y bajo su arco se conservan los restos de lo que fue una calzada romana; La Puerta de Duruelo es en realidad un arco de medio punto y está a la entrada del barrio de San Andrés.
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