MENORCA
El de Maó es uno de los puertos naturales más grandes del Mediterráneo y del mundo entero, de ahí su larga e intensa historia.
Con sus más de 6 kilómetros de largo, el puerto de Maó es un soberbio refugio natural, de ahí que haya sido escenario de conquistas y reconquistas a lo largo de historia: por él pasaron los fenicios, los griegos, los rodios, los focenses y los cartagineses, fue incluso colonia inglesa y francesa hasta principios del S.XIX. Hoy es uno de los puertos naturales más grandes e importantes del mundo, el segundo en tamaño después del tristemente célebre Pearl Harbour (objetivo de los japoneses durante la II Guerra Mundial).
Y ahora que sabes de la importancia de este puerto a pesar de estar ubicado en una pequeña isla mediterránea como es Menorca ¿quieres saber cómo es? Te lo contamos.
Más de seis kilómetros de largo, decíamos, con una zona que funciona como puerto turístico y de atraque de cruceros y otra con fines industriales, con pequeñas calas en sus riberas como Cala Deslinde o Cala Larga y con cuatro islotes que merecen toda nuestra atención.
Uno de los más populares es el islote Lazareto, un islote que no se llama así por casualidad sino porque ejerció exactamente como eso, como lazareto, es decir, como un lugar aislado en el que permanecen retenidas personas que son víctimas de algún brote infeccioso; en esta pequeña isla se construyó un hospital en 1793 que comenzó a funcionar como lazareto en el año 1817 y así permaneció durante un siglo, de ahí en adelante se convirtió en. Una residencia del Ministerio de Sanidad y Consumo (tras ser objeto de varias remodelaciones); la isla de Lazareto es Bien de Interés Cultural.
Se organizan visitas guiadas para conocerlo entre abril y noviembre y sorprende descubrir como se ha conservado la muralla que rodea el recinto con sus cuatro puertas y lugares cuyo nombre lo dice todo: la apestada (donde estaban los marineros procedentes de barcos con epidemia a bordo), la sucia (que daba cobijo a marineros enfermos de patologías no infecciosas) y la sospechosa (que acogía a marineros de barcos en los que se había detectado algún signo de enfermedad aunque ellos parecieran sanos); había un pozo y una torre de vigilancia, un huerto con noria, una casa para los labradores, un almacén, una enfermería… y edificios adyacentes para alojar al resto de la población.
El Lazareto de Maó es el más grande de los cuatro islotes que podemos ver en el interior del Puerto de Maó, están también la isla del Rey, el segundo en tamaño, que no se puede visitar en la actualidad porque está en fase dude recuperación; la isla Pinto que es un islote militar actualmente en desuso: y la isla de la Cuarentena que el más pequeño de los cuatro y que tuvo también en su día, como su propio nombre desvela, utilidad como lazareto, como isla Pinto también está en desuso hoy en día.
Además de estos cuatro islotes también es interesante ver, por la historia que atesora, los restos del Fuerte de San Felipe al sur del puerto, un fuerte construido con fines defensivos frente a las invasiones turcas; está en estado ruinoso porque parte de sus materiales fueron utilizados para la construcción de la muralla y edificios del Lazareto de Maó pero no deja de ser una de las visitas históricas más interesantes del puerto junto con la fortaleza de Isabel II en La Mola, ubicada también a la entrada del puerto y frente al castillo de San Felipe en una situación que nos recuerda a la construcción de los castillos de La Palma y San Felipe a la entrada de la ría gallega de Ferrol.