HISTORIA
Para conocer la Alemania nazi resulta imprescindible, aunque también aterrador, adentrarse en un campo de concentración.
Por duro que sea, para conocer la historia de Alemania resulta imprescindible visitar un campo de concentración. Puede que sea horroroso adentrarse en uno de esos complejos en los que vivieron y murieron tantos presos inocentes, pero es sin duda necesario para conocer a fondo el país. Por eso hemos elaborado un listado en el que nombramos cuatro de los campos de concentración más importantes que existieron. Dos de ellos están en Alemania y otros dos, fuera de ella. Pero todos, sin duda, son parte relevante de la cruda Alemania nazi.
Este campo de concentración se encuentra muy cerca del pueblo homónimo y a tan solo 13 kilómetros de Múnich. Se construyó sobre una fábrica de pólvora a la que no se le daba y abrió sus puertas el 21 de marzo de 1933. Tan solo un día después, encerraron allí a los primeros presos, algunos socialdemócratas y otros comunistas. Fue el primer campo de concentración que se abrió y sirvió como modelo para los siguientes. Fue destruido en el año 1945.
Si vas de viaje a Berlín, entonces has de acercarte hasta el campo de concentración de Sachsenhausen, sin duda uno de los más importantes que se crearon. Por allí pasaron más de 200.000 presos entre 1936 y 1945, tanto políticos como otras personas a los que los nazis consideraban inferiores. Cuando cerró sus puertas, 3.000 personas fueron liberadas, entre enfermos y médicos.
El campo de concentración de Mauthausen se encuentra en Austria y fue construido en el año 1938, momento en que Alemania invadió este país vecino. Está situado junto al río Danubio y desde el primer momento sirvió de prisión para más de 500 personas. Este número fue creciendo poco a poco, pero hay una curiosidad sobre este campo de concentración: apenas hubo judíos hasta el año 1944.
En este caso tendremos que estar en Polonia para poder conocer este campo de concentración, que sin lugar a dudas es el más famoso a nivel mundial. Es el de mayores dimensiones y también uno de los más crueles: se estima que alrededor de un millón de personas fueron asesinadas dentro de estas instalaciones. Algunas murieron tras realizar trabajos forzosos hasta desfallecer, pero otras pasaron directamente por las cámaras de gas.