Está en Dublín
¿Quieres descubrir dónde se encuentra el parque Fénix? ¿Todo lo que esconde en su interior? Te invitamos a recorrerlo con nosotros.
El parque Fénix o Phoenix Park es el parque más grande de todo Dublín y también uno de los parques urbanos de mayores dimensiones de toda Europa. Podríamos decir que es algo así como el pulmón de la capital irlandesa, pero no solamente aporta gran parte del oxígeno de la ciudad; también le aporta gran parte de su belleza.
Y es que este parque de más de 700 hectáreas de extensión tiene una gran variedad de zonas verdes, pero además también cuenta con esculturas, fuentes y otros atractivos. Y es también el lugar en el que se encuentra el zoológico de la ciudad. Es el tercero más antiguo del mundo y sirve de ahogar para más de 700 animales. Aunque en realidad los animales que se pueden ver en el parque no tienen por qué vivir obligadamente enjaulados. En el parque Fénix viven muchos animales en libertad, desde pájaros hasta ardillas que trepan por los árboles a su antojo pasando por unos animales un tanto curiosos: los ciervos.
Así es. En el parque Fénix viven muchísimos ciervos desde 1660, año en que el Duque de Ormonde decidió crear el Parque Real de Caza para el Rey Carlos II. Gracias a esa decisión, el parque Fénix es ahora toda una maravilla para los amantes de los espacios naturales y de los animales, que disfrutarán al máximo si recorren los paseos de este rincón de Dublín. Los más atrevidos se divierten buscando los escondites de estos graciosos animalitos. Tú eres quien decide si hacerlo o no.
Quizá tú prefieres buscar un rincón más tranquilo, porque allí los hay a montones. Rincones perfectos para evadirse del movimiento de la ciudad y de las personas. Rincones ideales para descansar y desconectar de todo y todos. En los que tumbarse a contemplar las nubes o a leer un libro. Rincones en los que simplemente se respira paz.
Como decíamos antes, en el parque Fénix hay otros lugares de interés. Si no quieres perderte los más importantes, entonces visita el monumento a Wellington y el monumento Fénix, aunque el segundo no es más que una columna en la que hay un ave fénix grabado. Además, también puedes disfrutar de las diferentes lagunas y estatuas que hay por allí. Sea como sea, es un lugar maravilloso que no puedes perderte por nada del mundo si visitas Dublín. Eso sí, ves descansado porque es grande. Para que te hagas una idea: dobla las dimensiones del Central Park de Nueva York.