ITALIA
Esto es todo lo que esconde el Parque Sempione, una zona verde inmensa situada en pleno casco histórico de Milán.
Milán es una ciudad del norte de Italia visitada por un gran número de turistas de todo el mundo a lo largo del año. Sin duda, todos ellos viajan hasta allí con la idea de visitar el que es todo un icono de la ciudad: su duomo. Es una catedral imponente, majestuosa y tan bonita que sin duda merece acaparar todo el protagonismo que tiene. Pero más allá de ella, en Milán hay otros lugares que no tienen desperdicio. Por ejemplo, el parque Sempione.
Hablamos sin lugar a dudas del pulmón verde de Milán. El parque Sempione se sitúa en pleno casco histórico de la ciudad, justo al lado del castillo Sforzesco, y ocupa una extensión de 386.000 m² aproximadamente. Así, tal y como puedes imaginar, es un lugar idóneo para pasear, relajarse y desconectar del bullicio de la ciudad.
De hecho, si decides visitarlo verás que hay muchas otras personas allí. Suele estar concurrido, aunque es tan grande que es imposible sentir sensación de aglomeración. Lo que sí sientes es la calma que desprende ver tanto verde, pues se trata de un jardín bien cuidado que se construyó entre los años 1890 y 1893 bajo la inspiración de los jardines ingleses del siglo XIV.
Paseando por el parque Sempione de Milán podrás contemplar una flora extensa, que no solamente te ofrecerán un buen espacio de sombra bajo el que refugiarte en los meses de verano sino que te llevarán a dar una vuelta por todo el mundo. Porque los árboles que hay en el pulmón verde de Milán son tan variados que sus procedencias las encontramos en los extremos más opuestos del planeta.
Acebos, cedros del Atlante, cedros del Himalaya, castaños de Indias, nogales del Cáucaso, encinas, álamos negros. Hay tantas especies distintas que seguro que encuentras algún árbol que no hayas visto nunca jamás. Pero aunque todos ellos puedan pasarse por alto, hay algunos árboles en concreto del parque Sempione que destacan por su majestuosidad. Por ejemplo, el olmo que hay junto a la estatua de Napoleón III o el castaño de Indias que hay al lado del Ponte delle Sirenette.
Por supuesto, aunque la vegetación sea abundante no es lo único que encontrarás en este enorme parque de Milán. También podrás contemplar la belleza del pequeño lago que le da vida al parque, porque sobre sus aguas nadan habitualmente patos. O dejar un candado en algún hueco libre que quede entre los muchos que adornan el puente de madera que cruza de un lado al otro del lago previamente mencionado.
Por supuesto, también podrás ver algunos de los monumentos que esconde el parque Sempione, aunque seguramente el más destacado y famoso sea el Arco de la paz, construido en el año 1807 como homenaje a los triunfos de Napoléon Bonaparte. De hecho, hay muchas personas que optan por sentarse a hacer un picnic en algunas de las zonas verdes que hay cerca de él.