PORTUGAL
Viajamos hasta la ciudad de Oporto, para conocer la historia y datos curiosos de uno de sus grandes monumentos: la Catedral.
Ponemos rumbo a Portugal, concretamente a una de las ciudades que más turistas recibe año tras año. Hablamos, como no, de Oporto. Estamos en un lugar en el que podemos encontrar un gran número de rincones, edificaciones y monumentos que consiguen dejarnos sin palabras.
Uno de los que más llama la atención, sin lugar a dudas, es la Catedral de Oporto. Conocida popularmente como “Sé do Porto”, es la sede episcopal de la diócesis de la ciudad y está situada en pleno centro histórico. No solamente estamos ante uno de los principales monumentos, sino que también es uno de los más antiguos.
La Catedral de Oporto, a través de su historia
El origen de su construcción nos hace viajar a la primera parte del siglo XII. Es importante tener en cuenta que las obras no terminaron hasta el siglo XIII. En cuanto al primer edificio, que destacaba por contar con un estilo románico, sufrió un gran número de alteraciones a lo largo de los años.
De esta época llaman poderosamente la atención la fachada con las torres y, sobre todo, su imponente rosetón. Pero no solamente estos elementos son románicos, sino también el cuerpo de la propia iglesia. En la etapa gótica, se construyó nada más y nada menos que la capilla funeraria de João Gordo. Se trata de uno de los hombres más conocidos de la historia de Portugal.
Fue caballero de la Orden de los Hospitalarios y, además, colaboró con el rey Dionisio I. De esta época también destaca el claustro, que se erigió en la época de Juan I de Portugal. Un monarca que no dudó en casarse en esta Catedral, en el año 1387, con Felipa de Lancaster.
En cuanto a la parte exterior de la Catedral de Oporto, debemos tener en cuenta que fue modificado en numerosas ocasiones coincidiendo con la época barroca. Un claro ejemplo lo encontramos en el año 1772, cuando se construyó una nueva portada que sustituyó a la original, que era románica.
Una de las cuestiones que más llama la atención del interior de la Catedral de Oporto es su altar de plata, que fue construido por varios artistas portugueses en la segunda mitad del siglo XVII. Un dato curioso en relación a este elemento es que las tropas francesas, en 1809, no se lo llevaron. Y todo porque se construyó, rápidamente, una pared de yeso que lo impidió.
En el siglo XVII se decidió sustituir el altar mayor original (estilo románico) por uno barroco. Esta obra, que fue construida entre los años 1727 y 1729 por Santos Pacheco y Miguel Francisco da Silva, es una de las piezas más impresionantes del conocido como barroco joanino. En cuanto a las pinturas murales que encontramos en la capilla mayor, son obra de Nasoni. Éste también se encargó de elaborar la curiosa escalera que lleva hasta los pisos superiores. Sea como sea, lo cierto es que la Catedral de Oporto está llena de numerosos elementos que no consiguen dejar indiferente a nadie. ¡No te la puedes perder!