Ligares que uno no puede no conocer
¿Estáis pensando en hacer una ruta por Italia, ese país mágico, y no sabéis bien cómo empezar? Os proponemos cinco destinos que tenéis que visitar al menos una vez en la vida.
Italia es uno de los países más hermosos del planeta. Su historia, su peculiar arquitectura, las obras de arte que contemplamos en sus museos y también en sus calles, sus paisajes naturales, la manera que tienen los italianos de entender la vida, el arte, las pasiones y también la comida..., cuántas cosas nos llaman y nos atrapan de un país que, se dice, debes visitar al menos una vez en la vida.
Es complicado decidir por dónde empezar, pero nos sentimos capaces de hablaros de cinco ciudades que, por una u otra razón, son la antonomasia de lo que hemos hablado en el párrafo anterior. Si queréis conocer Italia, lo mejor es que toméis un coche y la recorráis de arriba a abajo, tratando de no perderos nada y disfrutando de cada mínimo detalle. Pero, por desgracia, esto no siempre es posible, así que vamos a simplificarlo. Estas son las cinco ciudades que debéis visitar de manera obligada.
Florencia.
Se habla de la capital de Toscana como un museo al aire libre, y es una expresión acorde a la realidad. Incluso cuando estés paseando por una calle corriente en apariencia, si levantas la cabeza probablemente descubras algo inusualmente bello que no vas a encontrar en ninguna otra ciudad en el mundo. No hay otra Florencia. Es acogedora, es sencilla, es preciosa en cada uno de sus rincones. No tenemos espacio para mencionar la cantidad de cosas que te maravillarán, desde el impresionante Duomo hasta los paseos junto al río Arno. Es probable que si la visitas nunca quieras marcharte, y pocas ciudades pueden presumir de esto mismo.
Nápoles.
Situada en el sur de Italia, no podemos decir que Nápoles esté olvidada, pero sí es cierto que no suele ser la prioridad de aquellos que quieren descubrir el país. Y es un error. Nápoles, además de ser bella hasta la saciedad y de poseer unos barrios que querrás recorrer mil veces, es una de las ciudades más auténticas de Italia. Y no solo por que la mejor pizza se haga en sus cocinas (o eso dicen), sino porque tiene todo lo que imaginamos cuando pensamos en lo italiano. De visita obligatoria. Y querrás repetir.
Palermo.
La capital de Sicilia es única, es diferente y es todo lo que uno puede desear cuando está explorando un nuevo lugar. Tranquila pero llena de energía, histórica y controvertida, Palermo te sorprenderá en todas sus facetas. Su arquitectura te remontará a otros siglos y experimentarás una perfecta sensación de bienestar cuando recorras su perfecto entramado de calles. Es una ciudad turística, pero sigue siendo muy suya y eso se nota. Perfecta para perderse y desconectar tantos días como uno quiera, pues tampoco habrá prisa por marcharse.
Roma.
¿Qué podemos decir de la ciudad eterna? Roma es caótica, puede llegar a agobiar al turista, te desquiciarás tratando de llegar al punto que estás buscando y te desesperarás pensando que jamás llegarás a conocerla por completo, pero todas estas características también le hacen ser la maravillosa ciudad que es. Una ciudad que tiene tanta historia detrás que se percibe en el mismo ambiente. Te sentirás parte de ella, querrás saberlo todo del mundo antiguo al que sigue perteneciendo y conectarás con más rincones de los que ahora puedes llegar a imaginar. Roma es mágica, y no debería faltar en la vida de ningún viajero.
Venecia.
Uno se transforma cuando pisa por primera vez las calles de Venecia; unas calles estrechas, organizadas a su manera y salpicadas siempre por el agua del mar. ¿Por qué se da esta transformación que mencionamos? En primer lugar, porque no podrás creerte lo que estás viendo. Venecia no es una ciudad rodeada por el mar: Venecia vive en el mar. Así que la recorrerás con la boca abierta durante las primeras horas, para después conectar por completo con lo que allí sucede. Las góndolas yendo y viniendo, los pequeños barquitos situados en las puertas de las casas, unos puentes de ensueño, canales de cuento... Venecia es otro mundo.