ITALIA
Viajamos hasta Bari para conocer la sorprendente historia de la Catedral basílica de San Sabino. ¡No te dejará indiferente!
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Italia, un país verdaderamente sorprendente y espectacular. Allí se localizan un gran número de construcciones, monumentos y rincones de ensueño. Un claro ejemplo lo encontramos al sur, en la zona de Apulia. Estamos hablando de la Catedral Basílica de San Sabino de Bari.
Esta impresionante edificación, aunque es menos conocida que la Basílica de San Nicolás, tiene un encanto verdaderamente especial. Es la sede del Arzobispo de Bari-Bitonto y está dedicada a San Sabino, un obispo de Canosa. De hecho, sus reliquias fueron llevadas a este templo en el siglo IX.
El edificio actual fue construido entre los siglos XII y XIII. Entre otras tantas cuestiones, hay que tener en cuenta que se edificó sobre las ruinas de una catedral imperial bizantina que fue destruida en 1156 por Guillermo I de Sicilia.
Esta construcción es un clarísimo ejemplo del románico de Apulia. Uno de los elementos que más llama la atención, indudablemente, es su fachada principal que destaca por su aspecto y por su piedra blanca. La fachada posterior, estuvo flanqueada por nada más y nada menos que dos campanarios, aunque el derecho se derrumbó tras un terremoto en 1613. El que queda en pie cuenta con casi 70 metros de altura. ¡Es impresionante!
En el interior de esta Catedral basílica de San Sabino encontramos nada más y nada menos que tres naves que están perfectamente separadas por dos filas de ocho columnas. Sobre los arcos se abren unas curiosas galerías femeninas con grandes ventanales. En cuanto al ciborio, ubicado en el altar mayor, se reconstruyó a partir de los restos del original, que databa del año 1233.
No podemos dejar de mencionar la cripta, puesto que es allí donde se conservan las reliquias de San Sabino. Fueron traídas a Bari por San Angelario en el año 844. Tras la destrucción de la ciudad por parte de los sarracenos, se decidió rescatar esas reliquias de las ruinas. En este templo, a su vez, se venera a la Virgen Odegetría, patrona de Bari. Según la tradición, la Imagen fue traída de Constantinopla en el siglo VIII pero, en realidad, es posterior.
Una de las cuestiones que más llama la atención de esta Catedral basílica es que, en el subsuelo, se pueden visitar los restos arqueológicos no solamente de esa antigua catedral bizantina, sino también de calles y edificios próximos. Es en ese punto donde se han encontrado mosaicos policromados con figuras de peces y pulpos. Pero no solamente eso, sino también restos de una calzada romana, salas funerarias y hasta frescos. ¡Esta edificación es una auténtica joya!