Asia
Seguro que si le hubiéramos dado unas montañas en blanco a un niño y una caja de témperas de colores para que las pintara, el resultado hubiera sido parecido. Pero aquí no ha sido la mano de ningún infante la que ha creado el espectáculo de color, sino la propia naturaleza.
Los sedimentos en diagonal del parque geológico de Zhangye Danxia es un espectáculo sin igual. No es el único rincón del planeta con superposición de sedimentos de diferentes colores. Ejemplo de ello es el valle de los Siete Colores en Jujuy, al norte de Argentina, entre Chile y Bolivia. Pero, a diferencia de éste, en el que los sustratos son más horizontales y uniformes, en esta parte de China se suceden de forma abrupta, en vertical y diagonal.
Es la magia de la tectónica de placas del planeta, del paso del tiempo, del derivar de una región que ha evolucionado geológicamente como ninguna. En ningún otro rincón del mundo hay tal concentración natural de pigmentos distintos sobre piedra como aquí, en la provincia de Gansu, en una zona cuajada de profundos acantilados, afilados picos, cuevas erosionadas... y ninguna ciudad. El por qué se puede entender si tenemos en cuenta que es una zona desértica de 300 kilómetros de extensión, con tan pocas lluvias como el Gobi.
En 2010 fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Para entrar es necesario comprar dos tickets a la entrada del parque. El primero, de 40 yuanes (5 €), la entrada en sí; y después hay que sumar 20 yuanes más para poder utilizar los autobuses, que son de uso obligatorio. Estos hacen parada en tres miradores donde es posible permanecer tanto tiempo como se desee (los autobuses pasan constantemente durante todo el día). El mejor momento para acudir al parque es haciendo coincidir la visita con la puesta de sol. Ver posarse al Astro Rey entre las montañas de mil colores es un espectáculo único.