FRANCIA
Viajamos a Perpiñán para conocer la historia de una de sus edificaciones más singulares: el Palacio de los Reyes de Mallorca.
Ponemos rumbo a Perpiñán, en Francia, para conocer la historia que esconde el Palacio de los Reyes de Mallorca. Estamos ante una fortaleza de origen medieval que, con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los monumentos más importantes de todo el Rosellón. ¡Y no es para menos!
Para conocer su historia, debemos trasladarnos hasta la época dorada de Perpiñán, cuando era nada más y nada menos que capital del Reino de Mallorca. Fue en agosto de 1262 cuando Jaime I el Conquistador dejó en manos de su hijo, Jaime II, todo el Reino. Éste comprendía la señoría de Montpellier, así como los condados de Cerdaña y de Rosellón.
Fue este monarca quien, en 1276, ordenó la construcción de este palacio. Con él, consolidó la ciudad de Perpiñán como capital del Reino. Alrededor se erigieron una serie de capillas y jardines, por lo que el final de las obras llegó en 1309, coincidiendo con su consagración.
Tras la muerte del Rey Jaime III en octubre de 1349, las posesiones del Reino de Mallorca fueron anexionadas a la Corona de Aragón. Todo ello mientras Francia se hacía con el control de la señoría de Montpellier. Esto provocó que el Palacio de los Reyes de Mallorca se convirtiera en una residencia secundaria para los reyes aragoneses que visitaban Perpiñán.
Como consecuencia de las guerras franco-españolas, esta fortaleza se convirtió en un punto clave a nivel defensivo. Es más, Carlos I y Felipe II, entre los años 1538 y 1587, ordenaron la construcción de un impresionante recinto amurallado. Tiempo después, tras el Tratado de los Pirineos, el constructor Vauban se encargó de reforzar ese sistema defensivo.
¿De qué forma? Añadiendo una serie de fortificaciones en el exterior e interior de ese recinto que había planteado Felipe II. Durante un total de cinco siglos, este Palacio tuvo un uso meramente militar. Tras la Segunda Guerra Mundial, el Palacio de los Reyes de Mallorca abrió sus puertas para los visitantes.
En cuanto al estilo, debemos tener en cuenta que es gótico. Los primeros maestros que se encargaron de esta obra fueron Ramon Paul y Pons Descoll. Cabe destacar que la sala grande, la capilla y la residencia real están unidas. El palacio tiene la más pura esencia mallorquina, aunque la capilla es bastante similar a la Sainte Chapelle de París.
Lo cierto es que este Palacio de los Reyes de Mallorca se ha convertido en uno de los grandes atractivos turísticos de Perpiñán. Y siendo honestos, no es para menos. No solamente destaca cultural y arquitectónicamente sino, sobre todo, por la historia que albergan sus paredes.