Asia
La ciudad de Petra, capital de los árabes nabateos, es uno de los sitios arqueológicos más famosos del mundo. Situado 262 kilometros al sur de Amman, Petra es el enclave más importante y la atracción turística número uno en Jordania. A diario es visitada por personas de todo el mundo. Y tu debes ser una de ellas. La ciudad rosa del desierto es tan impresionante e impactante, que es uno de esos lugares que hay que ver al menos, una vez en la vida. Es el lugar más grandioso de todo Oriente Próximo. Petra es un ejemplo único de una antigua civilización asombrosa. Hace más de 2.000 años, los Nabateos tallaron esta ciudad en las montañas, y hoy es una de las nuevas siete maravillas del mundo. Redescubierta en 1812 por el explorador sueco Johan Ludwig Burckhardt en una expedición financiada por la Royal Geographical Society británica, fue al principio catalogada como la Ciudad Perdida. En medio del desierto jordano, Petra se presenta como un bello enigma revelado, como un enigma que hoy sigue asombrando mientras prosiguen las excavaciones. Merece la pena dedicar al menos dos días a visitar la ciudad construida sobre desfiladeros imposibles. El asentamiento de Petra se localiza en un valle angosto, al este del valle de la Aravá que se extiende desde el mar Muerto hasta el Golfo de Aqaba. Fundada en la antigüedad hacia el final de siglo VII a. C. por los edomitas, fue ocupada en el siglo VI a. C. por los nabateos que la hicieron prosperar gracias a su situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo. Un auténtico laberinto de monumentos escondidos entre acantilados en los que también podemos ver acueductos excavados en la roca. Los nabateos eran famosos por sus avanzados sistemas de riego y los mecanismos de captación de agua. En la monumental ciudad de piedra esculpida entre acantilados destaca El Tesoro o Jazné, el icono de Petra y de Jordania. Es la primera construcción de cierta entidad que nos encontramos cuando salimos del Siq, el desfiladero de 1,5 kilómetros que hay que recorrer para llegar a la ciudad escondida. Entrar en la ciudad a través del Siq, es en sí, toda una experienci. El Tesoro, que aparece en la película de Indiana Jones con su fachada de 40 metros de ancho por 28 de largo nos asombra y es un auténtico descubrimiento, porque aparece ante nosotros de repente. Se desconoce para qué se utilizaba en la antigüedad. Las fachadas monumentales esculpidas en la roca de arenisca roja, dan paso a tumbas y monumentos funerarios que parecen desafiar a la eternidad. El desfiladero deja de serlo a la altura del teatro. El Teatro de Petra, una de las grandes construcciones de los nabateos, con capacidad para 3.000 personas que los romanos ampliaron a más de 8.000. Tallado sobre la piedra nos da una idea de cómo era esta civilización. Es imprescindible también subir a lo alto del Monasterio, desde donde se pueden contemplar unas impresionantes vistas de los valles. En la montaña opuesta aparecen unos inmensos enterramientos colectivos, los más grandes de Petra, denominados tumbas reales. Qasr al-Bint Faroun fue probablemente uno de los principales santuarios de Petra. La planta tiene 28 metros de ancho y 23 de alto. Fue creado con arenisca revestido de estuco y pintado. Levantado sobre un altar es uno de los que está en peor estado, aunque podemos imaginarnos cómo fue en el pasado. Otra de las maravillas de Petra es la iglesia bizantina, una de las muchas iglesias con las que podemos toparnos en la ciudad. En el año 325, la cristiandad se convirtió en una de las religiones del imperio, lo que influyó también en la provincia y en Petra. En el 330, el emperador Constantino I el Grande creó el Imperio romano de oriente, con su capital en Constantinopla. Petra y su provincia pasaron a ser parte de dicho imperio. Como en gran parte del Imperio bizantino, se alentó la fe cristiana y la construcción de iglesias. Esta es una de las más importantes, que fue decorada con mosaico y que, al igual que en las demás, en su interior se encontró mármol y granito. Está localizada en la calle de Las Columnas, antigua calle principal y que estaba en la antiguedad porticada. Hoy solo quedan columnas de la época romana. Petra es sin duda un buen destino en estas fechas. La ciudad se puede visitar sin los rigores del clima en épocas más cálidas. Si tienes posibilidad, alójate en un hotel cercano a la entrada a la ciudad. De esta manera podrás disfrutarla a tu gusto y salir de ella cuando quieras. Para llegar a Petra hay que volar hasta Amman la capital de Jordania y desde allí hay varias opciones. Autobuses en viajes de ida y vuelta desde la capital, algunos con la entrada incluida, alquiler de un coche o contratar un taxi. El horario de apertura del recinto es de 6h a 18h. La ciudad se puede recorrer en burro, a caballo o en camello. Recuerda llevar agua y protegerte del sol.