HUNGRÍA
Si este Fin de Año quieres conocer el verdadero lujo, el auténtico, el atemporal, tienes que visitar Budapest; una de las capitales de Europa en la que puedes tener una de las experiencias más exclusivas.
La capital de Hungría tiene un patrimonio histórico, cultural y artístico incuestionable y ahora, además, restaurantes con estrella Michelín, alojamientos con spa de lujo y espectáculos musicales en edificios de rabiosa modernidad.
En el centro histórico de Budapest se encuentran los hoteles más lujosos que fueron construidos a principios del siglo XX y en el que se alojaban las fortunas más importantes del mundo. No nos sorprendería ver en ellos al gran Gatsby, ataviado con su blanco smoking y acompañado de damas enfundadas en diseños de Coco Chanel -o a la mismísima Coco-, fumando con largas boquillas y bailando un charlestón.
Puedes alojarte en el hotel Matild Palace y presumir de dormir en un edificio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Otra opción es el Palacio Greshan, de estilo art noveau, y que tiene una fascinante historia: primero fue sede de una gran aseguradora, pasó a convertirse en un cabaret en la posguerra y actualmente es uno de los hoteles más exclusivos de la cadena Four Seasons. Y por supuesto, el Continental Hotel Budapest, que fue construido en 1827 como spa de lujo y es ahora uno de los hoteles de estilo art déco más bellos del mundo.
Pero Budapest es también un regalo para el paladar. Su cocina tradicional es deliciosa y contundente y los chefs húngaros son fieles seguidores de ella pero dotándola de toques de innovación; un ejemplo de ello es el restaurante Salt, con una estrella Michelin y una estrella verde Michelin. Y si quieres comer en uno de los pocos restaurantes del mundo con dos estrellas Michelin debes reservar mesa en el Stand. La gastronomía húngara cada vez es más reconocida por los premios gastronómicos más prestigiosos del mundo.
¿Y después de esta experiencia qué te parece gozar de los cuidados de un spa? Budapest era una ciudad reconocida desde hace siglos por sus aguas termales medicinales. El balneario Gellért abrió sus puertas en 1918 y con su estilo art nouveau fue uno de los más bellos y modernos del mundo. Otra propuesta es acercarse a los baños termales de Rudas; 450 años de historia en la que podemos gozar de la relajante experiencia de un baño turco desde su azotea con vistas a todo Budapest.
Y no puedes abandonar la ciudad sin darte un paseo por la avenida Andrássy, tan bella y señorial que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En esta magnífica calle destacan un edificio imponente que es, además, uno de los mayores exponentes de la cultura musical de la ciudad: la Ópera Nacional Húngara, construida en 1875 por el arquitecto Miklós Yble y de estilo neorrenacentista. Y otro edificio musicalmente imprescindible y arquitectónicamente admirable es la Casa de la Música, que ha sido galardonado con el World Travel Award en la categoría de “Nueva Atracción Turística Líder en Europa 2022”. Un proyecto del famoso arquitecto japonés Sou Fujimoto que te dejará completamente fascinado.