Asia
Situada al sureste del subcontinente asiático, separada del sur de la India por un canal de tan solo 40 kilómetros de ancho, parece que surge en medio del Océano Ýndico, de hecho algunos la denominan la lágrima de la India. Igual que a Marco Polo, que la consideraba una de las islas más bonitas, a nosotros tampoco nos defraudará tanto por la cantidad como la calidad de sus puntos de interés. El antiguo reino de Ceilán, Sri Lanka, es uno de los mayores reclamos turísticos en parte debido a sus fascinantes leyendas. Lo primero que nos impacta es su paisaje, como si nos adentrásemos en un paraíso: tupidas selvas, riberas repletas de cocoteros, llanuras de arrozales, montañas con sus plantaciones de té, todo ello, unido a tal variedad de flores que parece que nos encontramos en un vivero. Nos sorprenderá su olor a clavo, cardamomo, canela y té que nos transporta a una época en la que era un punto estratégico dentro de la ruta de las especias en los siglos XVI y XVII. Este viaje tiene de todo, junto a unas hermosas playas, que las tiene, en las que disfrutar de sus tranquilas aguas, como las de Galle famosas por sus corales o Unawatuna ideal para practicar surf; sin embargo, el plato fuerte por interesante es su rico y amplio patrimonio cultural. Vestigios de magníficas ciudades antiguas, restos arqueológicos que han estado ocultos por la selva durante siglos como Anuradhapura, hasta que un funcionario inglés llamó la atención de su gobierno sobre las ruinas que acababa de descubrir allá por 1817. Un país de mayoría budista en el que destaca la calidez de sus habitantes y en el que hoy en día reina la tranquilidad y la paz. Paz tras 18 años de guerra civil entre las tropas gubernamentales y la guerrilla tamil separatista, paz de la que disfrutan desde hace más de una década tras la firma de un acuerdo de no hostilidad en 2002.