TURISMO CULTURAL
Los trajes tradicionales forman parte de la riqueza cultural y etnográfica de los distintos países.
Tienen muchos siglos de antigüedad y se realizan con las telas que se utilizaban tradicionalmente, con colores que suelen tener un significado; en algunos países se siguen vistiendo de manera habitual y en otros sólo en momentos festivos o ceremoniales. Vamos a conocer alguno de los más laboriosos y hermosos.
Sari, india
Tradicional de la India, es uno de los más conocidos en el mundo por la belleza de sus telas, por su extraordinario colorido, porque sigue usándose de manera habitual y porque las películas de Bollywood los han puesto de moda.
Se tiene constancia que vienen usándose desde el año 2000 a.C. Es un “vestido mágico” porque no tiene costuras; se trata de una pieza de tela de entre 5 y 8 metros de largo por entre 0,5 y 1,20 metros de ancho. Se utilizan algodones o sedas teñidas de todos los colores que nos podamos imaginar. Se enrolla la tela en torno al cuerpo y las mujeres casadas se tapan el pelo, a modo de capucha, por un extremo. Sigue usándose como prenda de vestir habitual, aunque lo normal es que la gente más joven lo use en fiestas, bodas o ceremonias y, en este caso, usando telas de seda y extraordinarios bordados.
Hankon, Corea
Es un traje que se remonta al siglo XIII con la dinastía Joseon, aunque se cree que su origen podría ser mongol o siberiano. Se utilizaba en el día a día hasta la década de 1960, actualmente sólo como vestido ceremonial o en ocasiones formales.
Es de líneas simples y colores llamativos, está formado por una falda larga, hasta los pies, que se ata bajo el pecho con una cinta y una chaqueta corta y con gran volumen. Los colores tenían mucha importancia y tenían un significado social: distinguían a la realeza del pueblo, a las mujeres casadas de las solteras y a las madrinas en las bodas.
Kimono, Japón
Es una prenda japonesa icónica que se ha dado a conocer en todo el mundo e incluso ha sido adaptado por muchas firmas de moda occidental. Es el mayor símbolo de refinamiento, lujo y delicadeza. En Japón se usaba como ropa interior, y con la influencia China se fue adaptando y a partir del siglo V se fue haciendo cada vez más suntuoso y se convirtió en el traje tradicional. Está formado por una túnica con forma triangular y enormes mangas, se ata bajo el pecho con el obi y forma una larga lazada en la espalda. Hay tantas telas, bordados y formas de ponerlos que incluso hay clases de cómo usar el kimono tradicional. Se complementa con los calcetines tobi -con el dedo pulgar separado- y las sandalias zōri -de madera y con forma de chancla-.
Dirndl, Alemania
Originariamente proviene del oeste de los Alpes y era un traje tradicionalmente campesino. Luego fue usado en las ciudades por las sirvientas, y a partir de 1880 se empezó a llevar por las clases altas. Fue usado por la propaganda nazi para simbolizar a la mujer ideal alemana y, por ello, tras la Segunda Guerra Mundial cayó en desuso como rechazo. A partir de los años 70 volvió a dársele su importancia y a reivindicarse como prenda tradicional.
Está formado por una falda con vuelo, larga hasta los tobillos, un corpiño que ensalza el busto y estiliza la figura, una blusa blanca con escote corazón y el apron -el delantal-. La forma de atarse el lazo del delantal tiene su significado: si la mujer es soltera se ata delante a la derecha; si es casada se ata delante a la izquierda, y si es viuda se ata atrás.
Caftán, Marruecos
El caftán es una túnica tradicional de muchos países musulmanes. En Marruecos es únicamente utilizada por las mujeres y está elaborada en tejidos muy ricos y con intrincados bordados hechos a mano. Parece que deriva de las antiguas túnicas que utilizaban los sultanes otomanos y que luego fueron usando todas las clases sociales. Actualmente es motivo de inspiración de la moda en todo el mundo, sobre todo como prenda para pasear por la playa o sofisticados modelos de noche.
Traje de charro, Jalisco. México
El traje típico de las mujeres de Jalisco en México es muy llamativo y se confunde mucho con los que llevan los tradicionales mariachis. Llevan un vestido de una sola pieza con una falda muy larga confeccionado en popelín. Tienen cuello alto y mangas afaroladas. En la parte superior, a la altura del pecho, llevan varios volantes superpuestos en forma de uve. Suelen ser de un solo tono pero se adornan con cintas de muchos colores, lo que le aporta su toque alegre y vistoso. El tocado del pelo se entrelaza con las mismas cintas en tonos a juego con los adornos del vestido. Cuando bailan, los ruedos de las faldas contribuyen al lucimiento de la coreografía, ya que se asemeja molinillos de colores girando.
Traje de fallera. Valencia
La tradición de las fallas en Valencia data del siglo XVIII, pero la indumentaria comenzó a tener importancia con la incorporación de la mujer al festejo en 1929; su protagonismo hizo que los trajes cobraran más relevancia. Actualmente son prendas muy elaboradas en las que se emplean valiosos encajes e intrincados bordados. El traje se compone de camisa, enaguas, medias de seda o algodón, zapatos forrados con la tela del traje, faldas con base de seda y flores brocadas. El corpiño está fabricado en la misma tela que la falda y las manteletas, hechas de tul o de seda, van bordadas con hilo de oro o plata, formando maravillosos dibujos. Como complementos llevan peinetas cinceladas en latón plateado o dorado, que se colocan sobre el moño. También van adornadas con el aderezo: adornos hechos a mano por un orfebre. Está compuesto por una joya que se coloca en la parte superior del corpiño, el collar y las agujas traseras que sujetan el moño.
Hay dos tipos de trajes falleros bien diferenciados: el basado en la ropa tradicional del siglo XVIII, en el que el corpiño cae por fuera y es rígido y se lleva con un moño; y el basado en el siglo XIX, con mangas más cortas que forman parte del corpiño, el aderezo es de perlas y el peinado se lleva con raya y tres moños.
Una vuelta al mundo a través de los coloridos trajes tradicionales de distintos países, que las mujeres llevan con orgullo en las ceremonias importantes o en las fiestas populares de su localidad. El vestido también es una forma de conservar la tradición y el folclore popular.