Asia
Uno de los seis grandes templos tibetanos del mundo.
Salimos de Lanzhou, en la región de Gansu, China, y tras más de siete horas de un trayecto en coche que parece interminable, llegamos a Xiahe donde se encuentra el idílico Monasterio de Labrang. Una región que nos traslada a la China de antaño, en el punto de unión de las cuatro grandes culturas de Asia: tibetana, mogol, chino han y chino musulmana. Centro de peregrinación y de culto de la secta del Bonete Amarillo (Gelukpa), es uno de los seis grandes templos tibetanos del mundo, el segundo fuera de Tíbet y el de mayor tamaño tras el Potala de Lhasa. Fundado en 1709, fue clausurado por el régimen maoísta tras la Revolución Cultural y reabierto en 1980 por el régimen aperturista de Deng Xiaoping. Para verlo en toda su extensión nos damos un paseo y subimos hasta la pagoda de Gongtang, donde se aprecia su grandiosidad y su típica arquitectura tibetana; por todos lados predomina el color granate de sus construcciones que hacen juego con el de las túnicas de sus monjes. Ya en el monasterio recorremos tranquilamente sus calles inclinadas y admiramos sus notables edificios: el Palacio de Jamyang Shepa, el Palacio del Maestro, el Gran Salón de la Asamblea, los Colegios Tántricos, el Colegio de Filosofía, el Templo de Oro… Es un privilegio hablar apaciblemente con sus monjes o simplemente disfrutar de su espiritualidad. Es obligatorio recorrer sus más de mil molinillos de oración que se alinean sobre el muro exterior del pabellón de oraciones; allí, los peregrinos pueden orar a la vez que los hacen girar sin desmayo. Ya en el interior, es fácil dejarnos hipnotizar por su penumbra, por la magia de los canticos o el murmullo de las oraciones. Es una de las grandes universidades monásticas budistas y su rector ocupa el tercer puesto en la jerarquía tibetana tras el Dalai Lama y el Panchen Lama. Tiene seis colegios donde se imparten cursos de Medicina, Astrología, Budismo Esotérico, Tantra Superior e Inferior aunque el más valorado es el de Filosofía. Su biblioteca, una de las más visitadas por los eruditos, tiene más de 60.000 sutras y libros especializados. Un plan totalmente diferente a esta visita, pero que resulta un complemento interesante, es acercarnos a Sangke, a 14 kilómetros de Xiahe, donde por unos pocos yuanes podemos alquilar un auténtico caballo tibetano y recorrer a nuestro aire la poderosa estepa. Allí, rodeados del silencio, es fácil y hasta apetecible perderse en su horizonte que parece no tener fin.