Castilla y León
Uno de los lugares con más historia de la ciudad de Ávila lo encontramos en la conocida como Casa de las Carnicerías. Esta es su curiosa historia.
Ávila es una de las ciudades de Castilla y León que recibe, año tras año, un gran número de visitantes. Si hablamos de este lugar, inevitablemente pensamos en la espectacular Muralla que no deja indiferente a nadie. Es un paseo por la historia que nos hace querer visitar este lugar una y otra vez.
De hecho, debemos tener en cuenta que es uno de los recintos amurallados más espectaculares, pero también uno de los mejores conservados de toda Europa. En el interior de Ávila, considerada como Patrimonio de la Humanidad, podrás dejarte llevar por sus históricas calles empedradas, sus peculiares iglesias, su entorno medieval espectacular y, además, dejarte llevar por su conocida gastronomía.
Por lo tanto, esta ciudad va más allá de su Muralla. Uno de los lugares más sorprendentes es, indudablemente, la conocida como Casa de las Carnicerías. Es una ubicación de lo más peculiar que, como todo, tiene una historia de lo más concreta y particular. Es el momento de descubrirla.
Esta Casa, que cuenta con un nombre poco común, fue construida adosada al paramento exterior de la conocida Muralla. Se levantó entre los años 1590 y 1591. Tenía una finalidad de lo más clara: A modo de almacén para poder vender la gran cantidad de vino que entraba en la ciudad. Por si fuera poco, albergaba algo más: Nada más y nada menos que dos carnicerías mayores.
El hecho de que se trasladaran las conocidas como carnicerías mayores, hizo que surgieran un gran número de protestas. Esto desembocó en que, al poco tiempo, éstas retornaran a su lugar de origen. Es decir, el Mercado Grande y Mercado Chico. A cambio de esto, se trasladó a este lugar el peso de la harina. Esta función de controlar el peso del grano de la harina que entraba a Ávila se realizó hasta el siglo XIX.
¡Pero hay más datos curiosos! El hecho de construir la Casa de las Carnicerías supuso muchos inconvenientes en cuanto al tránsito de carácter ordinario por el postigo del Obispo. Estas continuas quejas llegaron a oídos del rey Felipe II y éste, en 1597, decidió prescribir el tapiado de este postigo del Obispo. Por si fuera poco, se abrió una nueva puerta en esta peculiar Casa. Por lo tanto, el edificio quedó perfectamente divido en dos: Por un lado servía para almacenar vino y, por otro lado, se dedicaba al peso de la harina. En la actualidad, en esta Casa de las Carnicerías encontramos la Oficina de Turismo de la ciudad de Ávila.