El castillo del Papa Luna
Solemos ver mirar al Mediterráneo buscando sol y playa por encima de todas las cosas ¡y vaya si lo encontramos! pero a veces sucede que la localidad que elegimos nos sorprende con otros encantos igualmente deliciosos. Algo así sucede con Peñíscola, llegas allí buscando disfrutar de un clima estupendo y de una playa cálida y te encuentras con una localidad preciosa, con su paseo marítimo infinito y con un castillo con mucha historia.
El castillo de Peñíscola es bastante popular porque protagoniza todas las panorámicas de la localidad al estar situado en su punto más alto pero cuando llegas allí, contratas tu visita guiada para que te lo cuenten todo y descubres la historia de esta magnífica construcción, descubres que Peñíscola es mucho más que una magnífica línea de hoteles y playa y descubres también de dónde viene la frase ‘mantenerse en sus trece’.
El castillo de Peñíscola, también conocido como el castillo del Papa Luna, fue construido por los Templarios sobre una antigua alcazaba árabe entre los siglos XIII y XIV; sólo su antigüedad, además de su ubicación sobre el peñón, a 64 metros de altura sobre el nivel del mar y coronando la población de Peñíscola, ya es motivo suficiente para visitarlo pero hay más.
¿Te resulta familiar el Papa Luna? ¿y la historia del tiempo en el que los católicos tuvieron dos papas? como lo lees, hubo un tiempo en el que los Papas de Roma no estaban en el Vaticano sino en la localidad francesa de Aviñón, hasta 7 papas tuvieron la sede de su papado en Aviñón, el último de todos ellos fue Gregorio XI, quien murió preparando su regreso a Roma. Fue a partir de entonces cuando la iglesia católica tuvo dos papas y fue debido a que parte de la iglesia mantenía su obediencia a Roma mientras otra parte seguía mirando a Aviñón.
El Papa Luna lo fue con el apoyo de Aviñón y ha pasado a la historia como uno de los antipapas, fue él quien llegó a Peñíscola como papa, se instaló en el castillo convirtiéndolo en palacio y biblioteca y allí se hizo fuerte con el apoyo de Aviñón y frente a Roma. Tan fuerte se hizo que tuvo incluso sucesor, que sería el último antipapa y acabaría así con el conocido como Cisma de Occidente pero esa es otra historia, nosotros hoy hablamos de Peñíscola, su maravilloso castillo y el más célebre de sus habitantes, el Papa Luna.
Como decíamos, el Papa Luna convirtió el castillo en su palacio y su biblioteca y hoy puedes recorrer esos espacios, descubrir como se han conservado a lo largo de la historia, enamorarte de las vistas hacia el mar y hacia la tierra y disfrutar del rincón más bello de Peñíscola; el Papa Luna, así conocido popularmente, era en realidad Benedicto XIII de Aviñón, de ahí la frase ‘mantenerse en sus trece’, porque eso hizo exactamente este antipapa, mantenerse en sus trece y no renunciar a su reconocimiento como Papa.
Se conserva parte de la construcción templaria y también de las estancias construidas por el Papa Luna pero, desde el punto de vista arquitectónico, lo más interesante es el techo abovedado del cuerpo de guardia y, en general, la magnificencia y austeridad del castillo; además sobrecoge pensar que entre sus muros estuco un día una de las mejores bibliotecas del mundo.
Si quieres disfrutar de un delicioso verano de playas mediterráneas y visitar la localidad española que un día alojó a un papa, tienes que mantenerte en tus trece y poner Peñíscola por destino.
El castillo del Papa Luna se puede visitar durante todo el año, en invierno en horario de 10:30 a 17:30 y en verano desde las 9:30 hasta las 21.30; la entrada te costará cinco euros o menos si eres estudiante, docente desempleado, menor de 16 años o pensionista; los niños menores de 8 años entran gratis; puedes contratar en la propia taquilla tu visita guiada (muy recomendable) aunque sólo se desarrollarán durante Semana Santa, junio, julio y agosto.
Más información en la web del Castillo de Peñíscola