MADRID
En pleno distrito de Carabanchel podemos encontrar un sorprendente barrio que fue construido entre 1913 y 1916 según un diseño del arquitecto Felipe Mario López Blanco.
Es un barrio art-déco formado por viviendas y hotelitos de estilo modernista con jardín. Junto con la Colonia Madrid Moderno (en el distrito de Ventas) constituye uno de los mejores ejemplos de urbanismo modernista de Madrid y actualmente es una colonia protegida por el Plan de Ordenación Urbana de Madrid de 1997.
Está ubicada en el barrio de Puerta Bonita y su entrada principal es por la calle Eugenia de Montijo 61-63. Aún conserva intacta su espectacular entrada -con un puesto de guardia y dos garitas-torreta de estilo modernistas- y alguna de las 65 casas originales. El metro más cercano es Eugenia de Montijo.
Fue concebida como urbanización de chalés vacacionales y de retiro para los miembros del gremio del periodismo, por eso tiene ese nombre. Y algunas de sus calles conservan el nombre de periódicos ya desaparecidos como Época y Siglo Futuro.
Para su construcción se pensó en una zona residencial tranquila y alejada del centro de la ciudad. Distintas casitas (antes se conocían como hotelitos) rodeadas de jardín que tuviesen terrazas, torreones y porches propios de la arquitectura modernista. También la decoración exterior se completaba con ladrillo, cerámica, revocos de colores y cierres de hierro forjado con intrincados motivos.
Fueron los terrenos entre Carabanchel Alto y Carabanchel Bajo los elegidos, en aquel momento eran municipios independientes de Madrid. La primera piedra de esta colonia la colocó el mismísimo rey Alfonso XIII en 1913.
Durante la Guerra Civil, ambos Carabancheles se encontraban en el frente de batalla y, por ello, las casas sufrieron numerosos desperfectos e incluso alguna fue destruida. Con el crecimiento de Madrid, esa zona se convirtió en ensanche de un barrio obrero procedente de la inmigración, y muchos chalés se derribaron para convertirlos en bloques de viviendas. En la década de los 80 se empezó a poner en valor la colonia y comenzó su restauración.
Es una bella zona, vestigio de un pasado y una arquitectura pensada para el disfrute de sus habitantes. Una zona de viviendas ajardinadas, tranquila, luminosa y protegida del calor veraniego con zonas arboladas que invitan al paseo y al disfrute de las zonas comunes. Un oasis en medio de la ciudad.