GUADALAJARA
Viajamos a la provincia de Guadalajara para descubrir la sorprendente historia que esconde el Castillo de Torija.
Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la provincia de Guadalajara, en Castilla-La Mancha, concretamente hasta el municipio de Torija. Allí encontramos un gran número de monumentos y edificaciones que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo es, precisamente, su castillo.
En esta fortaleza, concretamente en la Torre del Homenaje, nos encontramos con el museo dedicado a ‘Viaje a la Alcarria’, uno de los libros más importantes de la trayectoria literaria de Camilo José Cela. Pero no todo queda ahí, puesto que en el patio de armas del Castillo de Torija está ubicado el Centro de Interpretación Turística de la Provincia de Guadalajara.
Para comenzar, debemos tener en cuenta un dato verdaderamente crucial. Y es que la zona del valle de Torija, lugar por el que actualmente pasa la conocida autovía del Nordeste, desde tiempos muy remotos ha sido una vía estratégica en cuanto a comunicaciones se refiere. El hecho de que la meseta de la Alcarria esté tan elevada en este punto, ha hecho posible que, desde hace mucho tiempo, el municipio de Torija sea conocido como ‘Puerta de la Alcarria’.
Pocos datos se conocen sobre el origen de la construcción de su castillo. A pesar de todo, sí que existe una importante tradición oral que sitúa su edificación en el siglo XII. Lejos de que todo quede ahí, hay que tener en cuenta algo más: se asocia a la Orden de los Templarios. ¡Nada más y nada menos!
Lo que sí es un hecho es que, a lo largo de los siglos, se convirtió en una importante atalaya defensiva, sobre todo si nos referimos a la Edad Media. No podemos dejar de mencionar que, en el siglo XV, esta fortaleza fue conquistada por los navarros. Posteriormente, el Marqués de Santillana se encargó de su reconquista y, finalmente, quedó en manos de una rama de la familia Mendoza, que eran los Suárez de Figueroa y Mendoza, condes de Coruña y vizcondes de Torija.
Es importante destacar que, durante la Guerra de la Independencia, este Castillo de Torija fue volado tras la orden emitida por El Empecinado. Y todo con el objetivo de que las tropas francesas no pudiesen ocuparlo. Pero no fue la única vez que esta construcción sufrió numerosos destrozos. Un claro ejemplo lo encontramos, precisamente, en la Guerra Civil española que se desarrolló entre los años 1936 y 1939.
Por fortuna, en los años 60 del pasado siglo, la Dirección General de Bellas Artes cogió las riendas para llevar a cabo su necesaria restauración. Más recientemente, hizo lo propio la Diputación de Guadalajara. En la actualidad, este Castillo de Torija se ha convertido en uno de los grandes atractivos del municipio, por su belleza y la curiosa historia que se esconde tras sus paredes.